La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Los caídos de la Sevilla de Oseluí
Oiga, igual no sabe usted que hoy estamos en fase precrítica y que el sábado a mediodía estaremos en fase crítica. No hablo del peligro de irnos a criar malvas por anticipado ni de ningún cataclismo natural en ciernes. Hablo de las dos fases agudas que anteceden a la celebración de la Magna (la Manna en los ambientes). Así se deduce del dispositivo creado para el popurrí de pasos que dará clausura al II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular. Pasamos del “Magno Sánchez” que vino a Sevilla de besamanos (el hallazgo es de Paco Correal), a la Magna del “pan y procesiones” en la era neoandalusí de Juanma Moreno (la idea es de Luis Sánchez-Moliní).
Todo es impacto. Todo es guarismo. De ahí las cifras que arrojará la Manna, donde la prendida corona del adviento se convertirá en corona de espinas, el pesebre en Gólgota, el cava en cáliz, las hojaldrinas Mata en alfajores de bacalao, el Merry Christmas de la Carey en Miserere de Eslava y el árbol de Navidad en árbol para Judas el ahorcado. Sabemos ya que para la Manna se espera una aglomeración de entre tres y cinco Domingos de Ramos. La marea anegará Sevilla. Del mortal tsunami por el barranco del Poyo pasaremos a la más grande avenida de personas entre foráneos y aborígenes. Habrá 2.500 efectivos de cuerpos de seguridad. Se expondrán 200 imágenes al gusto de la piadosa turba. Asistirán al evento 1.832 congresistas. Se acotarán 632.000 metros cuadrados en doce aparcamientos conectados con flotas y flotas de Tussam. Habrá 21.000 sillas para contemplar el devocional despliegue. En redes el impacto rozará los dos millones. Habrá un sinfín de actos entre exposiciones, ponencias, eucaristías y pontificales. Y las imágenes de todo fervor, ajenas al pagano dios Cronos, estarán en las calles las horas que hagan falta.
Señor Saiz Meneses, el culpable mitrado, ¿no siente misericordia por los damnificados por la Dana, perdón, por la Manna? ¿Por qué no se dan cifras de tanto desposeído, acorralado y desplazado por la infamia al día de la Purísima? Al parecer, en Estados Unidos, el crucero Odyssey ofrece una singladura por alta mar durante cuatro años para todo el que quiera escapar de la segunda era Trump. Ya podrían ofrecernos cruceritos –incluso barquichuelas a remos– a Bajo de Guía para escapar de la mayor agresión íntima y sentimental que hayamos sufrido en esta degenerada ciudad. ¿Para cuándo un rapto de iconoclasia contra la idolatría? Es lo que ocurrió en el Bizancio de León III el Isáurico. Ni misantropía. Ni pose. Ni impostura. Es hartazgo, perplejidad e insumisión (por ahora) pasiva.
También te puede interesar
Lo último