La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La 'mafia' consentida y conocida
Después de anunciar desde antes del verano que la ocupación hotelera estaría a tope en Sevilla durante el puente de la Inmaculada, ahora resulta que hay plazas libres. Y eso nos puede llevar a conclusiones equivocadas. Para empezar no significa que vayan a acudir a Sevilla menos personas de las previstas, sino que probablemente habrá muchos visitantes de un día, que llegarán para la procesión desde la provincia de Sevilla y las demás de Andalucía, así como Extremadura y otros lugares de España. Y eso, unido a diversos factores, ha podido espantar a algunos turistas y han renunciado a venir.
Según los datos publicados en este Diario, aportados por Manuel Cormax, presidente de los hoteleros sevillanos, la ocupación está en torno al 75% para el viernes 6, al 84% para el sábado 7, y al 68% para el domingo 8 de diciembre. Sorprende que el día de la procesión extraordinaria duerman menos personas en Sevilla que el día de los traslados, incluso menos que mañana, cuando los visitantes no pueden ver procesiones, sino besamanos y exposiciones, además de tener otros alicientes.
Entre los motivos, no sólo afectará el cierre de la Catedral para las visitas turísticas. Probablemente, influyen más los precios. Quedan plazas en hoteles de cuatro estrellas, en los que dormir la noche del sábado 7 saldrá a una media de más de 200 euros la habitación. Y en los hoteles de tres estrellas también, con pocas excepciones. Les perjudica la gran oferta de pisos turísticos, que estos días estarán a tope, a pesar de que los han encarecido. Y no se puede olvidar que en las distancias cortas muchas personas prefieren desplazarse en el día, que les sale más barato. Pero algo consumen y estarán en las calles, aumentando la previsible masificación.
Y seamos autocríticos. Quizás hayan asustado a los turistas, diciendo con tanta antelación que Sevilla va a estar imposible en estos días, y que nada más que se van a encontrar inconvenientes. Pasa igual con los bares. Si dicen que cierran, para presionar a José Luis Sanz, a lo peor espantan clientes. Así no dan ganas de venir.
De todos modos, la ocupación hotelera es una consecuencia. En Semana Santa y durante el resto del año (también en las procesiones extraordinarias) los turistas y los visitantes son bienvenidos. Pero este Congreso y su procesión de clausura no se han organizado para el turismo, sino para las personas interesadas, entre las que una inmensa mayoría suele residir en Sevilla. Personas que todavía viven en sus pisos, a pesar de que la turistificación los aleja de los recorridos de las procesiones.
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