La obra de un fotógrafo irrepetible

23 de julio 2024 - 03:07

Jesús Martín Cartaya le presta el penúltimo servicio a su ciudad con el regalo de su enorme colección de instantáneas a la Universidad. Cuarenta mil fotografías ayunas de posados, pues el gran fotoperiodista era como un cazador al aguardo. Desde su posición de privilegio te enfocaba sin que te dieras cuenta y así resulta que te encontrabas días después con la mejor foto guardada en un sobre que llegaba a la dirección deseada. Y nunca Jesús te cogía en un renuncio o con la guardia baja. En los toros o en la calle, en una ceremonia laica o religiosa, en una procesión o en la barra de un bebedero, Jesús te mandaba un retrato que siempre era de tu agrado. Postrado en su casa de Castilleja, lleva tiempo varado, pero sigue dando juego gracias a un archivo inmenso que, no como otros, ha regalado a la ciudad, su ciudad.

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