NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Los profesores recuperan el control de las aulas
Marbellólogos reputados por la pátina que da haberse pateado ese paraíso cuando la buganvilla no había sido suplantada por el mármol y los medallones de oro ni las señoras de los mandarines se pintaban como la esposa de Gil, a pistola, han deducido un ataque de ansiedad en la visita de Michelle Obama. Ansiedad por reconstruir ese paraíso que reventó desde el gilismo una banda de políticos, registradores de la propiedad y abogados corruptos. Ansiedad con dosis considerables de nostalgia, prisas por recuperar aquello que levantó Alfonso de Hohenlohe en homenaje al glamour verdadero, de cuando Sean Connery era Agente 007 y los Choris, unos golfos inevitables. Muchos han comparado la visita de Mrs. Obama con el irrepetible Bienvenido Mr. Marshall de Berlanga y algo tiene de eso, pero más de ataque de ansiedad por recuperar lo que parece irrecuperable.
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