Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Fragmentos
En estos días nos informa el Ayuntamiento que va a reparar el pavimento de mármol que caracteriza la Plaza Nueva y al que tan desafortunadamente se le pasó un disco para tratar de evitar los resbalones, prácticamente destrozándolo. En la idea publicitada se añaden dos pérgolas que dicen estar basadas en el antiguo quiosco de música que allí había en el siglo XIX. Me parece una ocurrencia. El legado de Juan Talavera es el conjunto de la plaza, arriates, pedestal del monumento, inigualables farolas y un excepcional pavimento de mármol, con alfombrados de chinos y trenzados de mármoles de color. Si se trata de reparar la Plaza Nueva, no vienen a cuento las pérgolas y, a menos que haya otra idea más elaborada de acuerdo con una amplia actuación de sombras, deben informar claramente cómo afectan al conjunto y porqué realizarlas con ese estilo historicista, ya que, en concreto, el arquitecto municipal Juan Talavera quiso superar la idea de plaza salón decimonónica con el nuevo diseño que ha llegado hasta nosotros.
Igualmente se ha publicitado la prevista construcción de una pasarela sobre el río, entre la calle Narciso Bonaplata y el Jardín Americano de la Expo. Parece una idea acertada, aunque solamente sirviera para conectar por un nuevo punto el casco histórico y el recinto de la Expo 92. Por su ubicación parece una de las pasarelas previstas en el vigente Plan General. Suponemos que no afectará el paso de embarcaciones de recreo y deportivas. Y se me ocurre, ya que la pasarela quiere vincular el jardín al barrio de San Lorenzo y al casco histórico, estará pensado como va a afectar al Auditorio Rocío Jurado y a su rehabilitación y programación futura. Porque solo hay que mirar una foto aérea, para apreciar que la pasarela de la Cartuja, la nueva pasarela, el canal de la Expo, el Jardín Americano y el Auditorio forman una unidad en la historia del recinto y deben serlo en el presente y en el futuro.
Estas y otras propuestas deben desprenderse de una visión global de la ciudad y sus habitantes. Un sistema ágil y ordenado, y respetuoso con la bondad de los estudios inexcusables y con las necesidades ciudadanas y por supuesto con información de los pasos dados y a dar. Urbanismo, movilidad, política cultural, presupuestos, asuntos sociales, entre otros, son campos en los que se debe equilibrar la planificación técnica y la participación ciudadana, que es una condición imprescindible para el correcto desarrollo de todos los procesos urbanos. Aportación de las iniciativas ciudadanas y coordinación del gobierno de la ciudad, y viceversa, iniciativas del gobierno local y participación ciudadana, para garantizar el equilibrio entre lo particular y lo general. Con el apoyo de los medios de comunicación, en ambas direcciones. Debemos sentir que estamos en una ciudad en marcha, en que las cuestiones que afectan a todos, se resuelven con conocimiento de todos. Y que sepamos con certeza que son parte de un proceso de ciudad y no ocurrencias.
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