La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
La Aldaba
Pedro Sánchez es el titular de la cátedra apócrifa de la Habilidad. Hay acuerdo para la renovación del Poder Judicial. Se cumple el mandato constitucional, claro que sí. No había más remedio para unos y para otros. Por fin pasó el período electoral marcado por las convocatorias de Galicia, el País Vasco, Cataluña y Europa. Ahora era precisamente el momento de anunciar un acuerdo esperado desde hace cinco años. Sobre todo antes de que llegue agosto con la nueva barrilla catalana. Una vez sellada la concordia sobre el Poder Judicial, tan necesaria como insuficiente, queda la conclusión de que Sánchez es un lince privilegiado, de esos que vivaquean por donde les da la gana y hacen lo que quieren de forma absolutamente arbritaria. El presidente del Gobierno, que lo es en minoría y gracias a unos peligrosos equilibrios, alcanza pactos (saludables) con el centro-derecha en el ámbito judicial, y con el PNV, Junts por Cataluña y con los nausebaundos chicos de BIldu (éstos nada saludables) sin el más mínimo problema. Y los mismos del PP que alcanzan el pacto con el ministro Bolaños para el asunto de los jueces tienen después serios problemas para sus alianzas, acuerdos, pactos o concordias con Vox. Aquí, indudablemente, hay un problema y es muy serio. O aceptamos que hay un supremacismo de la izquierda, o no se puede comprender de otra manera que al PP se le discuta su capacidad para llegar a un entendimiento con partidos a su derecha a la hora de formar gobiernos o cerrar coaliciones. Y así mismo su derecho natural a fagocitar, normalizar o integrar a la derecha que está a su derecha.
Bildu apoya a Sánchez para que duerma en la Moncloa y para sacar adelante iniciativas legislativas. Y Bildu es un partido del que nunca podremos discutir que ha alcanzado su representación por cauces democráticos pero que siempre reconoceremos que nos provoca arcadas. Y apoyarse para gobernar en los orgullosos legatarios de ETA no es rescatar a ETA para su devolución interesada en el debate público, sino proclamar lisa y llanamente la verdad, le pique a quien le escueza.
Han hecho bien el PSOE y el PP en renovar el Poder Judicial, claro que sí, aunque el acuerdo haya sido por medio de una foto en la que aparece una mediadora europea. Bien por Europa, mal por la imagen de una España que parece una nación con un gran déficit democrático. El pacto no despolitiza la Justicia. Tururú. La cosa sigue exactamente igual, salvo que dos partidos han alcanzado un acuerdo. A los dos grandes partidos les pesaba ya en exceso el asunto y, sobre todo y por encima de todo, el ciudadano era y es la gran víctima de la falta de acuerdo porque la Justicia estaba ya más atascada que la sanidad en varias regiones. Ojú. Nos han vendido como virtud lo que era una necesidad. Se han entendido cuando ha pasado el tiempo de urnas y la cuestión era ya una losa para las dos partes. No le llamen amor cuando quieren decir conveniencia.
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