
La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Héroes contra las pintadas en Sevilla
Los tiempos cambian una barbaridad. Desde que está de vuelta Donald Trump en EEUU, ya no sabemos quiénes son los amigos y los enemigos. Y eso no tiene sólo consecuencias para los yanquis, también para Sevilla, Andalucía, España y la humanidad. La gente que no entiende bien estas cosas pregunta si también les van a poner aranceles a los vuelos con Nueva York que perdimos en Sevilla y encontraron en Málaga, o a los hipotéticos con Miami. Teniendo en cuenta que a los norteamericanos viajeros les cobran el IVA y en algunos sitios la tasa turística. No se sabe cómo lo hacen, pero siempre pagan los mismos, que somos todos, y cobran los mismos, que son ellos. O sea, los que gobiernan.
En París se reunieron los presidentes de Francia, Alemania, Italia, Polonia, Países Bajos, Dinamarca y el Reino Unido, además de España. Esto recuerda a los chistes antiguos de un francés, un inglés y un español. Esta cumbre europea de urgencia ha sido rara, porque no han invitado a todos los países de la UE, sino a los más habitados. Y han colocado de vuelta al Reino Unido, que es como el hijo pródigo de la parábola, pero todavía está bajo los efectos del Brexit. Está bien esa oportunidad, porque así les va a dar tiempo de volver a la UE a los británicos antes de que alcancen un acuerdo sobre Gibraltar. Curiosamente, en la misma mesa estuvieron Pedro Sánchez y la Meloni, sin líneas rojas.
Para Sevilla esta reubicación de los líderes mundiales es rara. Trump y Putin han enviado delegaciones para buscar una solución a la guerra de Ucrania, y se reúnen en Arabia Saudí, que es donde la Federación Española de Fútbol de Luis Rubiales se llevó la Supercopa de España, y allí sigue. A los europeos no los han invitado a esas conversaciones. A los europeos los invitan a pocas cosas. Por si acaso Juanma Moreno también se ha reunido con el embajador de China, Yao Jing, en San Telmo.
De momento, en Sevilla se ha celebrado el año nuevo chino, que está dedicado a la serpiente de madera. Es una combinación que sólo ocurre cada 60 años. Se caracteriza por una energía llena de sabiduría, transformación y crecimiento. Todavía no se ha visto ni la sabiduría, ni la transformación, ni el crecimiento, pero hay que darle tiempo al tiempo. Tampoco se han visto los vuelos entre Sevilla y Pekín y/o Shanghái, pero el consejero de Turismo, Arturo Bernal, dice que lo siguen negociando, hay que darle tiempo al tiempo. A los vuelos de Sevilla con Miami también hay que darles su tiempo, y hacer rogativas para que no los graven con aranceles.
En fin, que ya nadie sabe nada de nada, por culpa de la inteligencia artificial y de Elon Musk.
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