Los muertos de la derecha

16 de marzo 2025 - 03:11

Estamos llegando a un nivel de miseria moral en la política española que debería llevar a la reflexión. No se debe utilizar a los muertos para conseguir los votos de los vivos. Y hasta ahí hemos llegado. Se está viendo con la catástrofe de Valencia, y también con la pandemia del Covid al cumplirse los cinco años. Al parecer, como en la aplicación sesgada de la memoria histórica los crímenes son sólo de un lado, ya han tomado carrerilla, y señalan muertos de la derecha por todas partes, incluso en los casos donde la responsabilidad política fue sólo una parte del problema.

En la catástrofe de Valencia, comparto la idea de que la gestión de Carlos Mazón fue deplorable y que el PP lo debió forzar a dimitir. No lo hicieron, y en el pecado político van a llevar la penitencia de la pérdida de votos, en una autonomía que es decisiva para obtener las mayorías (o no) en España. Sin embargo, no se le puede achacar a Mazón la muerte de más de 200 personas. Aunque hubieran emitido las alarmas dos horas antes, hubiera sido difícil evitarlo. Porque algunos se metieron voluntariamente en la boca del lobo de los garajes, y otros fueron arrasados en sus vehículos por una inundación pavorosa. Se hubieran evitado víctimas con obras públicas no realizadas en años anteriores, y no sólo dando la alarma en los teléfonos un rato antes. Hubo muertos también después de la alarma.

En el caso de la pandemia del Covid, le están atribuyendo a Isabel Díaz Ayuso las culpas de las muertes en las residencias de Madrid. Allí murieron entre 4.000 y 7.000 personas, según las versiones. En España fallecieron más de 150.000 personas por Covid hasta finales de 2023, de la cuales más de 140.000 hasta finales de 2022. ¿Y de quién es la culpa de esos 140.000 muertos?

¿Hace falta recordar que Pedro Sánchez dijo que las mascarillas eran innecesarias y que bastaba con lavarse las manos? ¿Ha dimitido por eso cinco años después? ¿Hay que recordar que su mano derecha política se llamaba José Luis Ábalos y se dedicó presuntamente al tráfico de mascarillas y entonces pasaron a ser imprescindibles? ¿Hay que recordar que el doctor Fernando Simón ha reconocido errores importantes en la gestión de la pandemia? ¿No se hubiera evitado ninguna muerte si Pedro Sánchez y Salvador Illa, entonces ministro de Sanidad, lo hubieran gestionado menos mal?

Tengamos piedad con los muertos y sus familias. Al menos, dejen que descansen en paz y respeten a las víctimas.

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