Las monjas no desaparecieron

Según TVE, no vejaron y torturaron a las monjas: se las llevaron. Y no las fusilaron: desaparecieron

25 de junio 2019 - 02:31

Durante 40 años el Régimen ocultó las víctimas de sus crímenes; cuando no podía negarlos disminuía su número y los justificaba como justas ejecuciones. Es penoso que tras tantos años de democracia haya quienes hagan lo mismo con las víctimas asesinadas por los milicianos. Me refiero al tuit de TVE sobre la beatificación de catorce religiosas torturadas y asesinadas: "Las monjas desaparecieron en 1936 cuando se las llevaron de su refugio un grupo de milicianos".

No las vejaron y torturaron: se las llevaron. No las fusilaron: desaparecieron. Las Asociaciones de Memoria Histórica exigen que se investiguen los asesinatos y desapariciones de miles de personas durante la Guerra Civil y la posguerra siguiendo "un plan sistemático y preconcebido de eliminación de oponentes políticos". Pues también hubo un plan de eliminación de sacerdotes, monjes y monjas. No imputable -y es una importante diferencia con el franquismo- a las autoridades legítimas de la República, pero sí a las milicias anarquistas y comunistas. Es una vergüenza que TVE oculte el asesinato de las monjas bajo el eufemismo "desaparecidas". Los "invisibilizadores" y justificadores siguen existiendo. Solo han cambiado de bando.

Nada nuevo. Almudena Grandes escribió en El País (24-11-2008), refiriéndose a una monja: "¿Imaginan el goce que sentiría al caer en manos de una patrulla de milicianos jóvenes, armados y -¡mmm!- sudorosos?". Le replicó Muñoz Molina en una carta al director: "¿Estamos ante la repetición del viejo y querido chiste español sobre el disfrute de las monjas violadas? No hace falta imaginar lo que sintieron (…) millares de personas al caer en manos de pandillas de milicianos, armados y casi siempre jóvenes, aunque tal vez no siempre sudorosos. Basta consultar a historiadores fuera de toda sospecha o -ya que nos preocupa tanto la recuperación de la memoria- recuperar el testimonio de republicanos y socialistas sin tacha que vieron con horror los crímenes que se estaban cometiendo en Madrid al amparo del colapso de la legalidad provocado por el levantamiento militar. (…) Cuando leemos artículos como el suyo y como tantos otros que por un lado o por otro parecen empeñados en revivir las peores intransigencias de otros tiempos, algunas personas nos sentimos cada vez más extrañas en nuestro propio país". Once años después hay quienes siguen empeñados en silenciar crímenes y revivir intransigencias.

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