
La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Se nos va la fuerza por la boca en Sevilla
La calle Córdoba, que discurre entre la plaza del Pan y la del Salvador, recibió el nombre de Buhoneros desde el siglo XIV hasta comienzos del XVIII debido a esos modestos vendedores que exponían sus exóticas mercancías en tenderetes levantados en el lugar. Muestra en una de sus paredes una placa cerámica recordando el título efímero de Alcuceros, así como tuvo también el de Zapateros de lo Viejo, manteniendo el de Hojalateros desde el siglo XVIII hasta 1908, cuando toma la nomenclatura actual. Por tanto, hubiera sido preferible que se recordara en dicha lápida el nombre principal de Buhoneros o bien de Hojalateros, y no el secundario de Alcuceros. Lo más relevante que contiene desde el punto de vista histórico-artístico esta vía sevillana de marcado carácter comercial es la torre-campanario de la iglesia del Divino Salvador. La torre presenta tres tramos a la vista bien definidos: el inferior, de unos once metros de altura, que corresponde a parte del antiguo alminar de la mezquita omeya de Ibn Adabbas, demolida en la segunda mitad del siglo XVII para erigir El Salvador; el intermedio gótico mudéjar del siglo XIV con cuatro campanas y el superior barrroco de los siglos XVII y XVIII con otras cuatro campanas.
El epígrafe fundacional grabado sobre una columna proveniente del interior de la mezquita, conservada en el Museo Arqueológico de Sevilla, indica: “Dios tenga misericordia de Abd al-Rahman b. al-Hakam, el emir justo, el bien guiado por Dios, el que ordenó construir esta mezquita bajo la dirección de Umar ben Adabbas, cadí de Sevilla, en el año 829-830 y ha escrito esto Abd al Barr b. Harun”. El rey poeta al-Mutamid procedería a la reconstrucción del alminar en 1080 tras un terremoto: “En el año 472 de la hégira fue el gran temblor de tierra que los hombres no le vieron semejante, pereciendo mucha gente y cayendo domos y alminares” (Abu ben Abi Nasr). A través de un pasadizo junto a la torre accedemos al patio de abluciones o de los naranjos, menor que el primitivo y a una cota tres metros superior a la arcaica, con una arquería del siglo XVII sostenida por columnas y capiteles de orígenes romanos-visigóticos, pues era éste un enclave céntrico de la Sevilla romana imperial y visigoda. Presentaba nueve naves según recientes excavaciones arqueológicas y podemos imaginar su disposición, con un extraño eje principal en sentido norte-sur desviado ochenta grados de la preceptiva orientación de las mezquitas hacia la Meca. Dicho eje iba desde la puerta del alminar en Buhoneros, tapiada hoy en día, hasta la quibla musulmana en Villegas. Ejercería como mezquita mayor hasta ser sustituida por la levantada en época almohade en terrenos ocupados finalmente por la catedral hispalense: “El 30 de abril de 1182 dejó de ser mezquita mayor, se suprimió el sermón y la oración del viernes en la aljama de Umar ben Adabbas” (Ibn Sahib al-Salat). El alminar y el patio de los naranjos de Ibn Adabbas son joyas que hay que mimar y conservar.
También te puede interesar