La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
Cada día tiene su afán decía San Mateo cuando nos advertía de que tenemos que estar atentos a lo que sucede a nuestro alrededor porque, en cada momento, el Espíritu nos irá diciendo claramente lo qué tenemos que hacer. Juguemos pues ahora a ver por dónde se dirige el espíritu del mesías de nuestra política, Sánchez, quien esta semana se afana en colonizar todas las estructuras de los órganos judiciales y la prensa. Enfadado por el colapso al que está sometido su gobierno, el mesías Sánchez insiste en seguir cambiando la estructura del Estado para beneficiarse de todos sus poderes. Acabar con la independencia judicial en esta interesada conquista interesada aniquilaría la democracia. Así de aterrador. Un importante órgano integrado en el Poder Judicial, pero no dependiente de él, es la Fiscalía de los Tribunales Superiores. Y ya sabe: “¿De quién depende la Fiscalía? De Sánchez, que ya ha colocado a un Fiscal general amigo, Álvaro García Ortiz, reprobado en el Senado y que podría terminar siendo imputado por dar la orden de publicar datos privados de novio de Ayuso. Otro pilar conquistado por un íntimo amigo de Sánchez es Conde Pumpido, presidente del Tribual Constitucional que es el intérprete supremo de la Constitución Española, y ya sabe: ley amnistía integrada. Perdiendo unas elecciones tras otras, descomponiéndose las fuerzas que sostienen este desgobierno de extrema izquierda, Sánchez amenaza con cambiar las leyes para quitarle la competencia al CGPJ para nombrar a jueces. ¿Y quién los nombraría? Ya saben la respuesta frente a su deseo de colocar, tanto en el CGPJ a amigos y asimismo ante el Supremo, al objeto de cambiar las leyes desde arriba de la pirámide hasta abajo. Desde el Supremo, hasta el juzgado de paz. Si Sánchez logra colocar a su gente en estos puestos que deberían ser independientes habrá logrado otro de sus afanes: la dictadura. Aterrador. A su vez va a poner en marcha un plan de regeneración democrática que buscará que la prensa rinda cuentas. Es una amenaza en toda regla. La prensa también tiene su propia estructura aunque sus asociaciones, federaciones y academias, de poco sirvan a la familia periodística, y que sospechosamente, la mayoría, están presididas por periodistas de izquierdas, y calladas ante los ataques del mesías que pretende cerrar medios de comunicación díscolos. Esto pone a prueba las auténticas vocaciones toda la familia judicial y la periodística, cuyo afán de ambos debe ser velar por nuestra libertad y democracia.
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