La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Ni un español sin su mensajito de Navidad
El salón de los espejos
Si alguien le hubiese dicho al presidente de la Junta que hiciese una crisis de Gobierno de dos meses y medio probablemente lo habría fulminado con la mirada. Pero es, exactamente, lo que él ha hecho generando además unas altísimas expectativas. El pasado 3 de mayo, su consejera de Agricultura, Carmen Crespo, tuvo que salir rápidamente del Gobierno para ir en las listas europeas. Un éxito para el PP andaluz con el inconveniente de que, incomprensiblemente, nadie calculó las incompatibilidades que eso suponía.
La solución fue elegir a un sustituto por suplencia, el portavoz del Ejecutivo, y anunciar una “remodelación” del Gobierno andaluz coincidiendo con la mitad de la Legislatura. El problema está en que ese ecuador se cumple el 26 de julio, viernes, fecha en la que hace dos años que tomó posesión su gabinete. A partir de ahí, cualquier día será propicio para abordar una crisis de Gobierno (¿crisis? ¿qué crisis? dicen en San Telmo) porque ha finalizado el período de sesiones en el Parlamento y el personal (y, sobre todo, la oposición) está ya pensando en las vacaciones.
Eso permite también ajustar los equipos para que estén funcionando en septiembre. Hasta ahí todo ventajas. Pero también causa problemas por la incertidumbre que genera. Esa incertidumbre que, precisamente el presidente andaluz defiende que va en contra de la inversión y la estabilidad. Porque no sólo están nerviosos en todos los despachos de la Junta sino que corren todo tipo de rumores por los círculos empresariales, sindicales y de entidades sociales donde se barajan quinielas de lo más variopintas.
Cualquier cambio en el Gobierno andaluz llevará aparejada una reacción en cadena y hay quien entiende que será también el momento de reajustar el PP andaluz. Quedan dos años para las elecciones de manera que es ahora..., o nunca. Además, en la bulla se puede cambiar a un presidente de una provincia de interior... que no se notará mucho y se podrá explicar fácilmente. Desde luego Moreno ha dado alguna pista clara. En el Debate de Política General en el Parlamento del pasado 26 de junio, anunció la reforma de las delegaciones territoriales, un cambio estructural que ha dejado temblando a más de uno, y de dos. Lo que sí está claro es que ahora tiene las manos libres para nombrar a quien considere: tiene equilibrio de género y territorial. Por lo que lo más interesante será ver quiénes salen del Ejecutivo regional y cuáles eran sus padrinos. De momento mantenemos la duda de si, ahora sí, nombrará al Gobierno que no pudo ser hace dos años.
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