La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
En Sevilla hay un Midas de las relaciones sociales que lleva quince años organizando una fiesta de postín en los lugares más sorprendentes y selectos de la ciudad: la Casa de Pilatos, los jardines de Murillo, la Plaza de España, la Plaza de América o el Museo de Bellas Artes, por poner sólo algunos ejemplos. Se llama Mario Niebla del Toro, periodista que se ha ganado el máximo crédito en su parcela no sin soportar gracietas, menosprecios y condenas a la ligera dictadas por esa Sevilla displicente que siempre va perdonando vidas. Este Mario tiene la elegancia de la Real Maestranza, pues te sigue invitando a los actos aunque no vayas, o aunque hayas dejado de tener el cargo de turno.
El triunfo de Mario es que desde muy joven tiene un evidente poder de convocatoria entre la alta sociedad y la farándula. No es que llene la plaza cada vez que convoca un festejo -que ya se sabe que todo pájaro acude al nido donde hay alpiste gratis- sino que responden a su convocatoria desde la aristocracia hasta presentadores de televisión, pasando por actrices, cantantes, empresarios, toreros, bailaores, infinidad de profesionales de reconocido prestigio y hasta el mismísimo seleccionador de fútbol Vicente del Bosque. El otro día le devolvió por una noche ese brillo social que en la Casa de Pilatos solo habíamos conocido por fotos en blanco y negro. Hasta servidores vestidos a la federica daban lustre a la cita, con el coche oficial de la celebración dejando a los invitados en el empedrado que da entrada al palacio.
Año a año, este ingeniero de la vida social, armao de la Macarena por la gracia de Dios, ha creado una convocatoria de las que enriquecen el calendario de la ciudad. Conectabas la radio el sábado por la mañana y oías las crónicas para toda España de la fiesta de Mario. Ríanse del supuesto lustre de ciertos actos de Madrid. El club Siglo XXI es el mercadillo del Charco de la Pava al lado de los cientos de detalles de la fiesta anual de la revista Escaparate, que es la cita principal del abono de saraos que cada temporada incluye numerosos actos para escogidos asistentes con derecho a copa de cava La vie en rose. El único inconveniente de estas fiestas es cuando a Mario le da por pedir que los señores luzcan turbante.
Por lo demás, nos consta la de peticiones que tiene para estar presentes. Al declinar mi asistencia al exitazo del pasado viernes en Pilatos, me dio las gracias por avisar con tiempo y me confesó una genialidad: "No te puedes imaginar cómo está mi teléfono estos días. De repente me invitan a comer amigos a los que no veo en todo el año. Eso también es bonito. ¡De Sevilla me gustan hasta esas cosas!". Del cochino hasta los andares. Y de Sevilla hasta los figurones...
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