Mercado Puerta de la Carne, otro marrón

26 de julio 2024 - 03:07

Otra patata caliente de las que se van pasando de un gobierno municipal a otro de nuestra ciudad sin que ninguno solucione la situación de un edificio histórico que, para colmo, ahora se anuncia amenaza de ruina si no se ponen urgentemente los medios necesarios. Y así llevamos con esta única e interesante muestra de arquitectura racionalista de la primera mitad del siglo XX, una novedad en Sevilla para su época de construcción.

El edificio del Mercado de la Puerta de la Carne, fue diseñado expresamente como plaza de abastos por los arquitectos locales Aurelio Gómez Millán (Sevilla, 1878-1962) y Gabriel Lupiáñez Gely (Sevilla, 1899-1942) en 1927, terminándose su construcción en 1930. El primero pertenece a una saga familiar de arquitectos junto a su padre José Gómez Otero y sus hermanos, José y Antonio. Aurelio, entre otras obras, diseñó junto a su hermano José el edificio del Coliseo España. Recibió la Medalla de Oro de la Exposición Iberoamericana de 1929 por el Pabellón de la Cruz del Campo y Diploma de Honor por el Pabellón Domecq, nada más que por estos dos edificios merece estar en el cuadro de honor de los amantes de la gastronomía local. El actual hospital de San Juan de Dios, en Nervión, es obra suya de 1943.

Gabriel Lupiáñez Gely fue un arquitecto que se movió en la modernidad, su estilo funcionalista se refleja, además de en el Mercado de la Puerta de la Carne, en edificios como el Instituto Anatómico (1932) de la actual Facultad de Medicina de Sevilla. Lamentablemente la tuberculosis acabó con su vida prematuramente.

En mi serie sobre los mercados de abastos sevillanos de hace doce años para la revista Tapas y Viajes, ya traté este problema, que entonces no solo afectaba a un edificio histórico, sino a dos, pues entraba también en el lote la estructura cercana de la antigua estación de trenes de Cádiz, donde se albergaron los placeros desahuciados del viejo mercado, once años hacía entonces del desalojo. Pues sumen años y les saldrán 23 años sin que el problema del Mercado de la Puerta de la Carne se haya solucionado, es más, hoy sabemos que va a peor. Y eso que el actual alcalde, José Luis Sanz, se hizo una foto de precampaña, junto a miembros de su equipo, ante el edificio anunciando que sería uno de sus objetivos restaurar y darle contenido a tan peculiar muestra de nuestro patrimonio arquitectónico. Pues al final lo que se anuncian son obras deprisa y corriendo para que no termine de caerse.

Como he comentado antes, el edificio es una muestra singular de arquitectura racionalista y moderna en la Sevilla de finales de los años veinte y no regionalista, que era la línea principal de la época y que cultivaba la familia Gómez Millán. Probablemente la influencia de Lupiáñez fue decisiva en un diseño que no solo dibuja las líneas maestras de la construcción sino que, como también observamos en el Instituto Anatómico, diseña los interiores del mercado, incluidos los puestos de los placeros. Modernidad, amplitud, espacios diáfanos, grandes ventanales para la entrada de luz natural, limpieza e higiene.

Hoy ni un “centro de arte al estilo Pompidou de París”, como prometió Juan Ignacio Zoido, ni un mercado gourmet, idea rechazada por los vecinos. Y nuestros pintores contemporáneos siguen sin museo.

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