La esquina
José Aguilar
Un fiscal bajo sospecha
No combatir una mentira, dejarla crecer ante nuestros ojos por conveniencia -modo González-, oportunidad -modo Aznar-, complicidad -modo Zapatero- o comodidad -modo Rajoy-, tiene el peligro de que la bicha acabe comiéndonos por donde más nos duele. Hablo de Cataluña o de cómo una nación prefirió no ver cómo le nacía en el costado un bultito, sea en mitad de un baile o de unas Olimpiadas, que veinticinco años después es una jodida metástasis contra la que no hay nada que hacer más que seguir diciéndole a la vieja señora que no se preocupe, que aquí estamos para ahora organizar el sepelio. ¡Y los mismos pillos van y celebran los veinticinco años de tumor creciente!
Por eso es tan importante que antes de que una mentira se convierta en un monstruo voraz que rompa nuestras vidas, alguien se ocupe de gritar a los cuatro vientos la desnudez del imbécil del rey del cuento, que hoy es, como masa soberana, la multitud manipulable. Hace pocos meses se produjo el linchamiento colectivo, desde los medios, desde las instituciones, desde los partidos y los grupos de presión de todos los colores del arco iris, de unos señores que con un autobús naranja se atrevían a recorrer las calles de España diciendo algo tan condenable como que un niño es un niño y una niña lo otro, y que no se puede ir contra esa realidad básica para dar satisfacción a ninguna minoría en beneficio de psiquiatras. Ya conocen la historia y la histeria desencadenada: prohibiciones abusivas, amenazas, detenciones y también agresiones a manos de una chusma subvencionada y jaleada, sufridas con franciscana paciencia. Hoy, la Audiencia Provincial de Madrid ha puesto las cosas en su sitio mediante un fallo que, aunque silenciado por los mismos que montaron el escándalo, abre la posibilidad del debate público: "Admitir la persecución de ideas que molestan a algunos o bastantes no es democrático y supone apoyar una visión sesgada del poder político como instrumento para imponer una filosofía que tiende a sustituir la antigua teocracia por una nueva ideocracia".
Hazte Oír ha celebrado como se merece el triunfo de la libertad, ejerciéndola: su presidente, Ignacio Arsuaga, ha anunciado que un nuevo autobús naranja recorrerá Madrid en breve y que durante este verano fletarán una avioneta para llevar el mensaje de la campaña a las playas. Por tierra, mar y aire, libertad.
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