¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Maneras de vivir la Navidad
Aveces, solo a veces, en Sevilla se erige un monumento justificado por la importancia del personaje, bien ejecutado y perfectamente emplazado. Es el caso del busto del marqués de la Vega-Inclán (1858-1942). Su obra en España, no solo, pero sí sobre todo, como primer Comisario Regio de Turismo entre 1911 y 1928, y en Sevilla es tan gigantesca que les remito a La obra del marqués de la Vega-Inclán en Sevilla de Javier Mateos de Porras Gómez, que pueden leer en la web.
Comentando la publicación de una biografía del marqués escrita por el arquitecto Vicente Traver, que fue uno de sus más estrechos colaboradores, escribía Joaquín Romero Murube, tras aludir a la ingente aportación del marqués a la transformación y mejora urbanística, patrimonial, turística y también social (presidió desde su creación en 1913, junto al, conde de Halcón y Carlos Cañal, la Real Fundación Patronato de la Vivienda de Sevilla) de la ciudad en los años 10 y 20: “¿Ha agradecido Sevilla esta labor tan meritoria y trascendente, esta creación de nobles bellezas en piedras, ámbitos y jardinerías?... Creemos que no. Y nunca es tarde para enmendar un olvido. Una piedra con su nombre, una columna, una fuente, un jardinillo…”. Tres años más tarde, apoyada la petición de Romero Murube por Sancho Corbacho, Ramón Carande y otras personalidades e instituciones, el 13 de febrero de 1969 se inauguró una placa en la fachada de la casa del Callejón de Agua, esquina a Justino de Neve, que fue la residencia sevillana del marqués.
Hubo que esperar a 2021 para que el Ayuntamiento, gracias a la perseverancia de la Plataforma Homenaje a D. Benigno de la Vega-Inclán y de la Asociación de Vecinos y Amigos del Barrio de Santa Cruz, le dedicara un espacio. “Una deuda que comienza a saldarse. El marqués de la Vega-Inclán ya tiene su lugar en el barrio de Santa Cruz. El Ayuntamiento ha inaugurado este jueves el espacio situado en la confluencia entre las calles Fabiola y Ximénez de Enciso como plazuela Marqués de la Vega Inclán” escribía en este diario el compañero Juan Parejo. Ahora la deuda se ha saldado del todo con la reurbanización de este espacio y la colocación en él de un busto del marqués, donado por Sando con motivo del 50 aniversario de la empresa y excelentemente realizado por Jaime Gil-Arévalo. Ha costado 55 años completar lo que Romero Murube pedía en 1966. Pero se ha logrado.
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