Manuel Barea

La marciana Contestí y Vox

Un día en la vida

En plenas facultades mentales, nadie entra en la madriguera de Vox creyendo que es la Casa de la Pradera

04 de octubre 2019 - 02:31

Qué idea tenía de Vox la treintañera Malena Contestí cuando le dio el sí quiero a ese partido? La diputada por Baleares se ha pirado. Se va a su casa. "No sabía dónde me metía", ha dicho.

¿Mande? Vamos a ver. Sólo su supuesta procedencia de un planeta recóndito en una galaxia lejana, con problemas de comunicación e información sobre la Tierra y en especial acerca de un país llamado España, podría justificar el desconocimiento que ha dicho Contestí que tenía de la verdadera naturaleza de Vox. Eso o una ingesta bestial de potentísimos psicotrópicos con el consiguiente laminado neuronal que tal vez la llevó a tener visiones de Santiago Abascal que, envuelto en un aura cegadora, la llamaba a acompañarlo junto a los demás fieles en su apostólica tarea de purificación nacional.

De lo contrario, no se entiende. Por las buenas, en plenas facultades mentales, ni Contestí ni nadie se mete en la madriguera de Vox creyendo que va a entrar en la Casa de la Pradera. Porque si hay algo que no puede reprochársele a este partido es la claridad de sus postulados (mucha más que la de la banda naranja del sibilino Rivera, por ejemplo).

Se queja ahora Contestí, con el despiste de E.T., de que una vez dentro de Vox descubrió el "proselitismo totalitario" y el "dogmatismo" de un "movimiento extremista antisistema" en el que "no hay libertad de conciencia". Y todo esto, ¿no lo vio antes? ¿cómo es posible? ¿en qué andaba metida? ¿qué estaba pensando: en cómo es él y a qué dedica el tiempo libre?

Entonces, sí, me decanto por la teoría de las drogas: debió de pillarse tal globo que hizo que a la ya ex diputada se le apareciera Abascal disfrazado de Maria von Trapp, la cantarina institutriz que inspiró el personaje de Julie Andrews en la infumable Sonrisas y lágrimas. Obnubilada, Contestí tuvo la visión de Abascal/Trapp cantando aquello de "Don es trato de varón; Res, selvático animal; Mi denota posesión; Far es lejos en inglés; Sol, ardiente esfera es; La, al nombre es anterior; Si, asentimiento es; Y otra vez ya viene el do (do, do, do)". Y Contestí se quedó pillada con la imagen y el futuro de una España happy.

Pero se sabe de qué pasta estaba hecha la auténtica Maria Von Trapp, por mucha guitarrita que tocara: era una cabronías que maltrató a sus hijastros. La diferencia es que a ellos se la impuso su padre viudo. Contestí se fue voluntaria, y seguro que entusiásticamente, con Abascal.

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