La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
Lo leíamos ayer en estas páginas. Parece que el viejo hospital militar, el Vigil de Quiñones, se dedicará al tratamiento de la pandemia a partir de primeros de 2021. Lo cual es una buena noticia, tanto por los posibles beneficiarios de dicha medida como por el aprovechamiento de una instalación, todavía moderna, que muchos hemos conocido en uso. Las gentes de Comisiones, sin embargo, no lo ven tan claro; de modo que han promovido una marcha para el día de la Lotería, en respuesta a la futura dotación, todavía ignota, del viejo Vigil, que vino a sustituir al aún más viejo Queipo de Llano, donde uno parecía adentrarse en las inhóspitas y oscuras galerías de la Gran Guerra.
Es decir, que nos hallamos ante una protesta preventiva, y no ante una queja formal, obrada sobre unos hechos ciertos; hechos, por otro lado, que conocimos durante la pandemia y que señalaban a un vasto colapso hospitalario. Lo cual nos lleva a preguntarnos si no será excesivo empezar por el final, o sea por la manifestación (¿hubo manifestación para que se creara un hospital?), cuando los señores de Comisiones podrían haber declarado públicamente su inquietud, con el fin de persuadir al Gobierno sobre tales asuntos. En este sentido, los señores de Comisiones quizá se hayan dejado llevar por las pintorescas protestas contra el Isabel Zendal de Madrid, en las que se acusaba a la Comunidad de favoritismo, inoportunidad, etcétera. ¿Hubieran preferido un Centro de interpretación de la Pandemia? Aun en el más adverso de los supuestos, la creación de un hospital, en la situación presente, es una excelente noticia. Pero, sobre todo, es un hecho inamovible. La conformación interna del hospital es una cuestión variable, y, por tanto, susceptible de mejora. Lo que no cabe negar es que, en las actuales circunstancias, un hospital resulta beneficioso y oportuno. Y que dicha decisión va encaminada al salvamento de nuestras vidas.Con lo cual, los señores de CCOO, ya que se van a dar el paseo a las Cinco Llagas, podrían aprovechar, mientras reconvienen al Gobierno autonómico, para felicitarse por disponer de un hospital añadido, dada la aflictiva situación que nos acucia. Una situación, según se nos dijo desde febrero y antes, que venía agravada, estrepitosamente, por la falta de camas hospitalarias. De modo que la puesta en marcha del Vigil de Quiñones no puede ser, en ningún caso, una mala noticia. La mala noticia es no tenerlo aún. Pero nadie, que recordemos, se manifestó contra este asunto.
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