La Macarena filipina

26 de marzo 2025 - 03:07

Pudiera ser que La Internacional no sea ya un himno para socialistas y comunistas de nostálgicos salones. Ahora es el himno de los macarenos. De la famélica legión hemos pasado a la nutrida procesión. Nada más internacional que la Macarena. No me refiero al hit de Los del Río, que siguen de exitosa gira con su batucada a las sevillanas maneras. Hablo del ecumenismo macareno, lo que une al mundo por la devoción a la Esperanza Macarena.

Sabía uno que había réplicas de la titular de San Gil por Malta y Miami. Incluso por la Villa y Corte, donde la imagen procesiona entre el eco de los Austrias, el chotis libertario de la Ayuso y los vivas de los Cayetanos. Ahora, por este su diario, uno se entera de que también existe una Macarena filipina. Esta Macarena filipina (y flipante) sale el Viernes de Dolores en Pulilan, provincia de Bucalán, a 45 kilómetros al norte de Manila. La Macarena asiática luce bajo palio, pero va sobre ruedas y lleva bombillas en los candelabros. El cortejo lo abre una pancarta y no una cruz de guía, pero sí lleva su guarnición de insignias. No pierdan detalle por TikTok. La verdad es que uno la ve avanzar sobre ruedas, hierática y móvil a la vez, y lo que produce es más terror de peli de serie B que devoción. Cosa distinta es su gracia bajo palio sevillano, aunque admitirlo me cueste mi kilo de caspa autóctona.

El español, ay, se perdió con dolor en Filipinas y fue sustituido por el inglés nasal de los yanquis. Pero a la Macarena de Pulilan el pueblo le reza en español y tagalo. No se sabe si San Francisco Javier llevó su prédica a Filipinas como misionero por el Asia extrema. Pero la Esperanza Macarena sí que ha propagado el llamado evangelio según Sevilla –sea eso lo que sea– en tan lejano confín. Con todo, esta Macarena filipina ha traído algo de color al pálido dibujo que vemos por todas partes con el cartel de Semana Santa 2025. Pasan los días y la pinturilla de Virginia Saldaña me causa ya cierto sopor tal vez no compartido. La Macarena del cartel se me antoja un trazo naíf con inocuos blancores como de sacarina y yeso en polvo. Y eso que en X hay un encendido debate cofrade sobre el estado de la policromía de la Macarena. La tez de la talla luce muy oscurecida. Hay quien pide una intervención urgente del IAPH más allá de la que pueda obrar el Espíritu Santo.

Ser una réplica tiene sus ventajas. Por eso este año, salvo huracanes en el Pacífico, la Macarena filipina lucirá esplendorosa y pulcra con su palio sobre ruedas en las calles de Pulilan. Seguro que del terror pasamos al asombro y del asombro al fervor. Amén.

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