De las luces navideñas a la cuaresma sanitaria

Se apagará la decoración y comenzarán meses muy duros en la gestión de una parcela que sí erosiona a los gobiernos

La sanidad, a la altura del betún

Una subida de sueldo más que justificada

Banderilleros para el Rey de España

Un médico emplea un fonendo en la atención a un paciente.
Un médico emplea un fonendo en la atención a un paciente. / M. G.

30 de diciembre 2023 - 05:00

La sanidad no es un problema exclusivo de Andalucía, pero estamos sufriendo de lo lindo. Hasta que no te ves en una lista de espera no alcanzas a comprender el cabreo y la desesperación. La paciencia se pierde ya hasta en la sanidad privada, que hace tiempo se encuentra también saturada. Los políticos que tienen o han tenido competencias en la materia te explican en privado que se trata de un agujero negro al que se dedican euros y más euros y no parece mejorarse nada. La sanidad y las crisis económicas derriban los gobiernos. El problema es muy serio.

Está muy bien que sea reconocido en el Parlamento por el presidente Moreno. Una vez admitido que tenemos un sistema sanitario con pies de barro hay que pasar a la acción, lograr mejoras y convencer a los administrados de que se está haciendo el máximo.

Ningún gobierno se preparó para una pandemia, pero escapamos bien de ella. Y fue la mayor crisis sanitaria sufrida en el mundo. Tampoco ningún gobierno se preparó para una esperanza de vida tan larga como la que ahora disfrutamos. Vivimos más, luego necesitamos más recursos sanitarios. Necesitamos más médicos y mejor pagados para que se no marchen después de haber sido formados en nuestros hospitales universitarios.

España está falta de médicos y camareros. Algo sucede cuando el personal evita el contacto directo con el público. Los sueldos no compensan la presión, o aguantamos menos presión. O las dos cosas. Podemos traer turistas y eventos a la Andalucía emergente, pero se nos irá todo al garete si las listas de espera no se reducen y si el tiempo que se dedica al paciente en Atención Primaria no aumenta. Podemos ventear cifras macroeconómicas, insistir en las potencialidades de nuestra maravillosa tierra, pero todo será baldío si lograr una cita con un especialista se convierte en una travesía o si resulta imposible una operación quirúrgica antes de tres meses.

El gobierno del PP salió reforzado de los meses del Covid-19, de ahí la mayoría absoluta que obtuvo posteriormente. Moreno debe centrar los esfuerzos en la sanidad, asumir casi personalmente esa cartera, estar muy encima de la gestión de una parcela absolutamente vital para la sociedad. Las dimisiones de altos cargos son malos síntomas. Cuando se apaguen las luces navideñas nos meteremos en la cuaresma... sanitaria. Si hay que exigir más plazas universitarias en Madrid habrá que hacerlo. Y habrá que prestigiar a los médicos. Más salarios y más reconocimientos. No se marchan por capricho. El cortoplacismo nos ha matado. ¿De verdad nadie calculó las consecuencias de vivir más? Y los médicos, en peores condiciones. Moreno, tenemos un problema.

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