La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
Lo advertí hace años y ya está aquí: llega el povedismo aprovechando el enorme vacío que ha dejado en el cante la marcha de ocho o diez grandes cantaores, desde Camarón a Pansequito. ¿Qué es el povedismo? Nada, de momento. Determinados críticos e influencers comenzaron hace algún tiempo a llamar “maestro”, “genio” o “líder” al cantaor catalán y se ha venido arriba. Está en su derecho. Personalmente no tengo nada contra él. Flamencamente hablando, mucho, porque está sobrevalorado como cantaor. Hace unos días inauguraba el nuevo curso de la Cátedra de Flamencología de Córdoba, como si fuera un Mairena o un Fosforito. Hasta ha prologado un libro de investigación, como si hubiera mostrado alguna vez interés en la flamencología. Le están preparando el terreno para ser el nuevo mandón del cante, solo porque es famoso y rico, no por otra cosa.
Tampoco es un gran artista, como insisten ciertos críticos, sino un buen profesional, que son dos cosas distintas. Un artista es un creador y Miguel Poveda no tiene un estilo suyo; es un gran copista. ¿Alguna vez han escuchado a un cantaor joven cantar algo de su repertorio? Yo no, y lo escucho todo. Es un cantaor de éxito y nadie le ha regalado nada. Su trabajo le ha costado estar donde está, pero nunca va a ser un cantaor de época, de los que crean escuela, como don Antonio Chacón, Manuel Torres, la Niña de los Peines, Manolo Caracol o Antonio Mairena. Como tiene fama y dinero, o sea, poder, podrá lograr que portales flamencos potentes sigan su trabajo y le regalen buenas críticas, como hemos visto en la pasada Bienal. Hay una campaña povedista, sin duda, que a lo mejor no está dirigida por él mismo. Pero se deja querer, porque no es tonto.
Me encantaría que me gustara este cantaor, al que por cierto le hice buenas críticas cuando apuntaba maneras. Hoy no puedo apoyar lo que hace porque no me gusta, su cante no me dice nada, no aporta nada nuevo, digamos que merezca ser resaltado. Que sea un buen profesional y un hombre de éxito no es suficiente como para que le concedamos el deseo de llamarlo gran maestro. Maestro es el que enseña, el que mejora los cantes heredados y el que abre nuevos caminos. No es una cuestión de edad, porque hay quien ha dicho que es muy joven y que aún puede hacer grandes cosas. ¿Joven un cantaor con más de cincuenta años? Con esa misma edad la Niña de los Peines ya iba de retirada y había dejado una obra monumental. ¿Qué obra tiene Miguel Poveda? ¿Qué va dejar este cantaor? ¿Qué lo va a hacer inmortal?
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