Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
No es una persona. No, no es una señora que tenga nombre y apellidos. O sí, que diría el de Pontevedra. Chichichí. La lista de la que hablamos tampoco es la Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía, importante norma promovida por la consejera Marifrán Carazo en la legislatura de ese cambio mínimo que, en general, ha consistido en retocar las formas más que el fondo. Ahí radica el éxito de Moreno. Esa ley, por cierto, trae de cabeza a los juristas que no han tenido más remedio que estudiársela. La lista a la que nos referimos es la de Juan Marín, ex vicepresidente de la Junta, ese hombre empeñado en que Magallanes y Elcano eran de Sanlúcar de Barrameda, asiduos de Balbino, tenían palco propio en las carreras de caballos, eran usuarios frecuentes de la N-IV y partieron de tan bella localidad para dar la primera vuelta al mundo. Al sevillano le suele importar un pepino que le birlen ciertos detalles de la historia, porque es indolente por naturaleza y está acomodado en cierta percepción grandiosa de la historia.
Pero no nos desviemos más por este meandro. Si usted ha sido alto cargo o mero carguillo de Ciudadanos y quiere seguir en el machito de la Junta, justo ahora que se reparten las pedreas, tiene que consultar primero si está incluido en la lista que ha realizado el propio Marín y que dejó en la mesa de Moreno como los presidentes salientes de los Estados Unidos dejan una carta en un sobre cerrado para que sea leída por el entrante. ¡Menuda sorpresa se han llevado algunos naranjitos al preguntar qué hay de lo suyo y comprobar que no están en la famosa lista! Y el caso es que en San Telmo respetan una lista recitada como si fuera el catecismo de Ripalda. Ay, la lista. No entra nadie de Ciudadanos que no haya sido incluido por Juanito. De momento... Que ya se sabe que el guiso de la política marida malamente con el vinagre de cierta memoria y la sal de la gratitud.
La duda es si Marín se ha incluido a sí mismo en la lista como defensor del Pueblo Andaluz. Jesús Maeztu tiene asegurado el cargo hasta septiembre de 2024. Además muestra ilusión por celebrar el 40 aniversario de la institución, que se cumple en 2023. Y es persona seria, de las que cumple los períodos completos en el ejercicio de sus funciones. A ver si vamos a removerle la silla a un señor serio y respetable por darle un sueldo, coche oficial y cierto personal de confianza a un ex vicepresidente al que los votantes mandaron a su casa y dejaron a su partido como el gallo de Morón. Mejor que le aceptemos a Magallanes y Elcano como sanluqueños. O que le den un programa de cocina en la tele. Seamos serios. Dejen a don Jesús Maeztu tranquilo. Menos guasa y más trabajar.
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