La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
Tres jueves en el año relucen, o relucían, más que el Sol, Jueves Santo, Corpus Christi y el de la Ascensión. Los dos primeros siguen vivitos y hasta coleando con brío, pero al que conmemora la subida a los cielos de Jesús pasó a un segundo plano. Y si fuera sólo por recordar que en tal festivo se produjo en la Maestranza la historia más grande jamás vivida no hubiera estado de más que sobreviviese tintado en rojo en el almanaque. Lo que sí se ha hecho para que no pierda todo su brillo es pasar al domingo siguiente la profusión de procesiones que se dieron ayer en Sevilla. Entre la que conmemoró el cierre temporal de Omnium Sanctorum y el alto número de salidas de Su Majestad para dársela a impedidos, Sevilla se convirtió ayer en una suerte de rutas religiosas que lustraron una luminosa mañanita de domingo.
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