Tomás García

El jardín de la Caridad y su olivo tricentenario

29 de junio 2024 - 03:09

El hermoso jardín que se abre a la calle Temprado desde 1902 fue trazado por el arquitecto Manuel García Sánchez sobre unos terrenos baldíos cedidos a finales del siglo XIX por el ayuntamiento hispalense a la venerable Hermandad de la Santa Caridad. Una grandiosa estatua que representa en actitud benéfica al Hermano Mayor Miguel Mañara y Vicentelo de Leca, obra póstuma del sentido escultor sevillano Antonio Susillo, preside desde entonces el armonioso conjunto botánico. Este insigne y piadoso caballero de la Orden de Calatrava del siglo XVII, sujeto inconsciente de fantasiosas leyendas posteriores, dejó plasmados nobles y místicos sentimientos en el hospital para pobres creado por él y en el alma de su ciudad. El espacio ajardinado sería en principio un enclave colindante con los románticos paseos ribereños decimonónicos que frecuentaban las clases acomodadas, en contraposición a los más populares y progresivamente degradados de la Alameda de Hércules. Tras diferentes vicisitudes a lo largo del pasado siglo, el jardín es transferido en 1990 a la Diputación Provincial con vistas a integrarlo en un nuevo complejo erigido en torno al Teatro de la Maestranza. El organismo provincial lo revierte al fin al consistorio municipal en 2004 por un periodo de setenta y cinco años. Entre caminos de albero, tapices cespitosos, arbustos y setos, podemos disfrutar de este recogido parquecillo con singulares ejemplares arbóreos de diversas especies: cresta de gallo, jacaranda, magnolio blanco, árbol del fuego, árbol de Júpiter, drago, lapacho rosado, olivo...

La Sociedad de Transformación Agraria Santa Teresa 1881 de Osuna dona en 2007 un olivo de más de trescientos años a la Archidiósesis de Sevilla, que a su vez lo cede al jardín de la Caridad el siete de junio de ese mismo año, festividad del Corpus Christi. Este magnífico espécimen se halla hoy en condiciones de cierto olvido junto a una irreverente placa pétrea que lo identifica, deteriorada e ilegible en sus frases finales, en la cual puede leerse a duras penas: “Monseñor Carlos Amigo Vallejo, Cardenal Arzobispo de Sevilla, entrega a la ciudad representada por su alcalde don Alfredo Sánchez Monteseirín este olivo centenario con ocasión de la celebración de la asamblea diocesana de laicos, para ser plantado en los Jardines de la Caridad a los pies de Miguel de Mañara...”. A pesar de que este olivo de tres siglos y medio no es el más viejo del medio urbano de Sevilla, su dilatada historia lo convierte en una de sus plantas más interesantes. Hemos de abandonar la indiferencia que a veces nos invade y ser conscientes de la monumentalidad natural de un árbol contemporáneo de Miguel Mañara que sobrevivió a grandes cambios sociales, políticos y medioambientales a lo largo de su fecunda vida. Por todo ello, es sorprendente que no haya sido merecedor de ser incluido en el Catálogo de Árboles Singulares de la Ciudad, lo cual le puede aportar un plus añadido de cuidados y de años.

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