La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Los calentitos son economía productiva en Sevilla
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, invitó al papa Francisco a visitar Canarias y Sevilla, durante la audiencia que mantuvieron en el Vaticano el pasado viernes. A Canarias ya dijo Francisco que quería ir, para conocer de cerca la situación de los inmigrantes que arriesgan la vida en cayucos. Un problema que el señor presidente que lo ha invitado no ha conseguido arreglar todavía, sino más bien al contrario. Por otra parte, a Sevilla también fue invitado el Papa, para que acudiera a las celebraciones del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular. También lo invitó el presidente de la Junta, Juanma Moreno, en su audiencia. Francisco, que ha seguido muy de cerca la organización, y ha recibido varias veces al arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, agradeció la invitación, pero no vendrá, sino que el 8 de diciembre creará 21 nuevos cardenales.
La invitación de Pedro Sánchez a Sevilla es para que Francisco acuda a la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo. Otro congreso internacional, que se celebrará en esta ciudad del 30 de junio al 3 de julio de 2025. Con este motivo no se va a organizar ninguna procesión extraordinaria. Aunque en esos primeros días de julio ya hay una prevista: la coronación de la Virgen del Rocío, de la Hermandad de la Redención, que se celebrará en la Catedral el 5 de julio. La conferencia internacional coincidirá con el besamanos y el triduo en la iglesia colegial del Salvador, a la que será trasladada la dolorosa.
A Francisco lo invitan mucho. Es un Papa que habla en español, pero no ha venido a España desde que fue elegido con el apoyo del Espíritu Santo. Esto lo digo para quienes lo critican, y creen que el Santo Espíritu sólo apoya a los que son de su cuerda ideológica. A Francisco lo alaban o lo critican por los dos extremos, según lo que les conviene. Los mismos que defienden al Papa cuando proclama la doctrina social de la Iglesia y apoya a los inmigrantes se callan cuando descalifica el aborto y dice que quienes lo practican son “unos sicarios”.
Al Papa le pusieron la etiqueta de progresista, pero se olvidan de lo que no les gusta. Y los más carcas, igual. Unos y otros no entienden que la religión católica no se ofrece a la carta de los gustos personales, sino que se basa en el mensaje evangélico de Cristo. Hay un camino de perfección, según Santa Teresa, que no es un camino de rosas, sino el camino de la cruz. El Papa dice lo que debe decir, y en el momento que lo debe decir. Y viaja a donde considera oportuno. La Iglesia es misionera.
Aunque nos parezca raro que acuda antes a Yakarta (Indonesia) que a la tierra de María Santísima.
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