¡Es el impacto económico, estúpido!

Todo se justifica por los ingresos que genera, no porque se trate de celebraciones litúrgicas o meros actos de libertad

Los catastrofistas, esos seres tóxicos

Sevilla en la era de los excesos

Hinchas de un equipo de fútbol en la Plaza de la Virgen de los Reyes.
Hinchas de un equipo de fútbol en la Plaza de la Virgen de los Reyes.

19 de octubre 2023 - 04:00

Hay acontecimientos, fiestas, tradiciones, congresos, galas o entregas de premios que no son importantes por sí mismas, sino por el impacto económico que generan. Resulta curioso saber cuántas habitaciones de hotel se llenan por una cita de médicos en Fibes, cuántos barriles de Cruzcampo se consumen en la Feria, cuántos artesanos sobreviven gracias a la fiesta de los toros o, por supuesto, cuánto ingresará la hostelería con los Grammy. Una curiosidad que con el paso del tiempo ha adquirido una importancia tremenda. Como tenemos la habilidad de sublimar lo secundario, primar lo complementario y convertir en actores principales a protagonistas secundarios, el impacto se ha convertido en una cuestión mucho más importante que el hecho que lo genera. Nada como calcular, vender y que te compren el dato del impacto económico de un denominado evento para que se siga celebrando por encima de modas, corrientes, críticos y enemigos. Que la gente coma de algo es la garantía de permanencia al margen de su éxito, valor o excelencia.

En los últimos años afloran los estudios sobre los impactos para defender los toros. La difusión de la cifra de millones de euros que generan las corridas de forma directa o indirecta es reconocer una suerte de inferioridad y, por supuesto, caer en la trampa. Los festejos taurinos celebrados de acuerdo al reglamento son simple y llanamente un acto de libertad. La jerarquía eclesiástica picó en el cebo del complejo al calcular el impacto económico que la Mezquita Catedral tiene en la ciudad de Córdoba. ¿Para qué sirvió? Para provocar la rabia de las plataformas laicistas, expertas en odiar a la Iglesia, que reclamaron una titularidad mixta para despojar al Cabildo del control del templo. Los estudios sobre la aportación de las fiestas mayores al PIB de Sevilla sirven en el fondo para hacer hocicar a la Semana Santa ante el turismo, levantar la famosa ley seca en la Madrugada y no poner coto a los abusos de los bares en la vía pública. Pareciera que se celebra la Semana Santa para que muchos puedan seguir ganando dinero, en lugar de destacar que hay quienes ganan dinero porque se celebra la Semana Santa. Parece lo mismo, pero no lo es. Y así se van pervirtiendo los argumentos poquito a poco. Un Santo Entierro Grande es bueno porque reactiva la economía de la ciudad. Y las finales de fútbol son magníficas para la economía local aunque nos dejen la Plaza de España, la de la Virgen de los Reyes y la Alameda hecha unos zorros. Recuerdo a un empresario que después de cada Semana Santa entregaba un donativo a cada hermandad que había pasado por delante de su negocio. Gratitud discreta, no impacto.

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