Gafas de cerca
Tacho Rufino
Nada más distinto que dos hermanos
Decíamos ayer que el domingo vimos una suerte de turbamulta camino de ninguna parte. Era en esa Feria que podíamos definir como de extramuros y que se halla en Sánchez Mejías y Rafael el Gallo. Indescriptible la bulla y lo de hoy puede superarlo, que para eso es festivo. Como si a la Feria tuviese que ayudarla la festividad laboral para que se ponga hasta la mismísima corcha. En este miércoles que marca la línea ecuatorial de la fiesta pueden desbordarse todas las previsiones y todo el real estará como esa feria de extrarradio que tanto nos sorprendió el pasado domingo. Las casetas como habitáculos insuficientes en que acoger tanta demanda y, por ejemplo, sin un hueco en la barra donde seguir rumiando el milagro que Juan Ortega realizó el lunes con el llamado Florentino, un castaño de Garcigrande.
También te puede interesar