La hora del relevo

En dos o tres semanas se producirá el Gran Relevo en el Gobierno de Andalucía tras casi cuarenta años de socialismo

28 de diciembre 2018 - 02:31

En política, nada es seguro hasta que se produce la votación definitiva, pero lo ocurrido en el Parlamento andaluz, donde por primera vez se sentará una mujer de centroderecha en la presidencia, hace pensar que en dos o tres semanas se producirá el Gran Relevo en el Gobierno de Andalucía, y un dirigente del PP, Juanma Moreno, se pondrá al frente de un Gobierno de coalición que pondrá fin a casi cuarenta años de socialismo.

Dos generaciones de andaluces han crecido sin más referencias que el PSOE, y habrá quienes incluso no siendo socialistas sentirán una sensación de vértigo ante lo desconocido. Para miles de militantes y simpatizantes que han disfrutado de cargos y sueldos privilegiados, en muchos casos exclusivamente por su militancia-como en todos los partidos y gobiernos- al vértigo se suma la desazón ante el futuro incierto.

Se abre una etapa de inmensa responsabilidad para los probables nuevos gobernantes andaluces: de su trabajo depende que sus partidos puedan subir enteros de cara a las elecciones de mayo. Que acierten Moreno y Marín será referencia para los andaluces que acudan a las urnas en primavera pero también para el resto de los españoles.

Con frecuencia los errores de unos gobernantes los sufren otros miembros de sus partidos. La incomodidad que provoca Pedro Sánchez con sus alianzas y decisiones polémicas, más su desastrosa política con el independentismo, ha afectado a la todavía presidenta andaluza; también Susana Díaz ha cometido errores de bulto, aunque sin la ayuda de Sánchez quizá podría haberlos superado frente a una derecha fragmentada. PP y Cs estaban absolutamente enfrentados -sólo el adversario común les ha unido- y con un Vox resta votos a todos, principalmente al PP. Pero los dos bailan el agua porque, de no hacerlo, Díaz se mantendría en el Palacio de San Telmo. Hasta el último momento, Cs ha intentado que no hubiera pacto con Vox - la foto de Marín en la estación de Jerez ha soliviantado a la mayoría de su partido-, pero a la fuerza ahorcan.

El relevo en el Parlamento ha sido posible gracias al acuerdo del PP y Cs con un partido que consideran populista y de extrema derecha, y tendrán que continuar poniendo buena cara a Santiago Abascal si pretenden gobernar y mantener estable ese Gobierno.

Pedro Sánchez se ha desplazado a Malí en una fecha negra para su partido en Andalucía. En Madrid, Rubalcaba ha rechazado ser candidato a la Alcaldía. Se comprende. El PSOE de Sánchez sólo gusta a sus incondicionales. A los que ha colocado muy bien.

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