La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
La iglesia de Cristo Rey de Bilbao cerró sus puertas el pasado mes de diciembre y ahora ha sido vendida para convertirse en un bazar chino. Es la tercera que cierra allí en poco tiempo. El obispo Iceta, realista hasta la crudeza, ha dicho que la falta de vocaciones y el descenso de fieles "obliga a redimensionar" su diócesis: "Sobran parroquias en Bilbao y el coste de mantenimiento actual es insostenible. Necesitamos hacer un esfuerzo grande para adaptar el traje, que se nos ha quedado grande". Iceta aportó también datos: en lo que a los laicos se refiere sólo el 56% se declara católico (40 puntos menos que hace unas décadas), sólo la tercera parte de los nacidos son bautizados y solo el 19% se casa por la Iglesia; en cuanto a los sacerdotes, las vocaciones han disminuido de "modo drástico", en el seminario de Derio -que acogía hace 50 años hasta 800 seminaristas- hay nueve o diez, de los 250 sacerdotes de la diócesis solo están en activo ochenta menores de 70 años, teniendo que atender cada uno cuatro parroquias. Un matiz: las iglesias cerradas son edificios modernos sin interés histórico artístico y es posible que en los años nacionalcatólicos se produjera una inflación de templos. El realista Iceta ha dicho: "En Bilbao hubo 16 parroquias y hoy son 62, muchas".
Así están las cosas. Y no sólo en Bilbao. Según el Anuario Pontificio el número de católicos ha aumentado en todo el mundo en 14 millones, sumando 1.313 millones. El problema es que, si en África han aumentado un 2,5%, en Asia un 1,5% y en América un 1%, en Europa tienen una tendencia de crecimiento nula. Al igual que en ella se aprecia un alarmante descenso de vocaciones.
En Sevilla las cosas están igual, pero menos. El compañero José Joaquín León recordaba no hace mucho que el 74,1% de los sevillanos se declaran católicos y el 30,0% de ellos practicantes habituales. ¿Tendrán algo que ver las hermandades como imbricación entre religiosidad, cultura, tradición y vida cotidiana? ¿Tendrá algo que ver, con un nivel inferior de compromiso personal, la Semana Santa como fiesta cívico-religiosa? Creo, en ambos casos, que sí. Pero que más aún tiene que ver el gran poder de muchas de nuestras sagradas imágenes. Evangelios esculpidos y predicación visual fueron llamadas. Parece que lo siguen siendo cuatro siglos después. Y que quizás por eso el traje -por retomar la expresión de Iceta- no se nos ha quedado tan grande. Algo tendrán.
También te puede interesar
Lo último
Encuentro de la Fundación Cajasol
Las Jornadas Cervantinas acercan el lado más desconocido de Cervantes en Castro del Río (Córdoba)