Esto ya lo hemos visto antes en Sevilla

La historia se repite. De las favelas de Monteseirín con las Tres Mil al Bronx de Sanz con el Vacie

Las excusas para sortear a los pesados de septiembre

El desgarro de la muerte en el Parlamento de Andalucía

Aspecto afeado de la Plaza del Cristo de Burgos en una imagen reciente
Aspecto afeado de la Plaza del Cristo de Burgos en una imagen reciente / M. G.

23 de septiembre 2024 - 04:00

El alcalde Monteseirín comparó en su día las Tres Mil Viviendas con las favelas de Río de Janeiro. Por eso impulsó el modelo de la Autoridad Única, que en nuestro caso es un comisariado (del Polígono Sur) que nombra la Junta e integra a varias administraciones. La comparación de Monteseirín generó un gran debate en su momento, como ha propiciado muchos comentarios que el alcalde Sanz se refiriera al Bronx al abordar el asunto (eterno) del Vacie, donde el mejor trabajo es el que se hace en silencio... Muchas familias abandonaron ya el lugar sin que haya trascendido. Los focos de luces cortas sientan mal a los objetivos de luces largas en que consisten siempre los procesos de integración. El caso es que los alcaldes se ven obligados a mantener cierta presencia mediática aunque sea de manera forzada. Hasta un jefe de la oposición municipal como Pepote Rodríguez de la Borbolla, que venía de presidir la Junta de Andalucía, reconocía que en la Plaza Nueva se sentía obligado a inventar algo cada día. La película es la misma. Ayer las favelas, hoy el Bronx. Ayer el Pompidou que Zoido iba a levantar en el antiguo mercado de la Puerta de la Carne y hoy el Museo de Bellas Artes en la Plaza de España. Ayer el mercado de las flores (al estilo de Barcelona) que el PP propuso en la antigua estación de la Plaza de Armas, o las piscinas fluviales de Zoido en el Guadalquivir, y hoy el cobro de "tres o cuatro euros" por la visita al espacio abierto de la Plaza de España, anunciado que fue sin precisión ni de precios ni de condiciones. Debe ser que, como descubrió Pepote, la presión municipal es muy superior a la de otras administraciones.

Pasa la vida, que decía Romero San Juan; pasan los alcaldes, pasan los arzobispos... Y vemos la misma película, los mismos tropiezos, los mismos condicionantes en los alcaldes cuando son del PP (será por eso que no repiten), el mismo intento de los del PSOE por ocupar los espacios sociológicos atribuidos al centro-derecha y, sobre todo, el error persistente en apostar por los proyectos estrella. Monteseirín se pudo permitir licencias de grandeza porque estuvo doce años y disfrutó de los años del boom del ladrillo. Gozó del Ayuntamiento con más recursos de la historia de la democracia. Pero no olviden los escándalos a los que se tuvo que enfrentar y las contestaciones a muchos de sus proyectos. ¿Tan difícil es centrarse en la política eminentemente municipal con discreción? Calles limpias e iluminadas, una buena policía local, autobuses puntuales, colegios bien acondicionados, un servicio de taxis adecuado y organizado en función de las horas de demanda... Tampoco consiste en mucho más. Y ordenada la casa, podremos empezar a tirar algunos fuegos artificiales.

stats