La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Somos frágiles, también en Sevilla
El libro salió de imprenta el 1 de mayo de 2019 y terminé de leerlo el 23 de agosto de ese año, recién iniciados los fastos del quinto centenario de la Primera Vuelta al Mundo. Se titula Los últimos días de la izquierda (Memorias ficticias y verdaderas), su autor es Felipe Alcaraz y la acción transcurre entre Sanlúcar de Barrameda y Chipiona, es decir, muy cerca de donde hace cinco siglos y cinco años salieron las cinco naves al frente del marinero portugués Fernando de Magallanes. Su compatriota Jose Saramago, Nobel de Literatura en 1998, es el autor de la frase que aparece en la portada: “La pregunta no debería ser ¿qué queda aún de la izquierda?, sino ¿qué hemos abandonado de la izquierda?...”
De las cinco naves sólo regresó una, la Nao victoria. Algo parecido ha ocurrido con la izquierda seis años después de la aparición de este libro. Sólo ha regresado una, la nao Derrota. “¿Derrotados pero no vencidos?”, se pregunta el autor del libro. Algún cronista parlamentario ha escrito que nadie ha superado la brillantez de los debates que mantenían en el Congreso Felipe Alcaraz y Federico Trillo.
El punto de partida es un documental que uno de sus antiguos alumnos en la Universidad de Jaén le propone grabar a Alcaraz. Con la coartada de una enfermedad entre ficticia y verdadera, como estas Memorias, convocan una despedida-homenaje del que fuera líder de los comunistas andaluces. Acudirá tanta gente que Alcaraz llega a decir que parece un cuadro de Genovés. El grupo se hace una foto en la escalinata de la iglesia de Nuestra Señora de la O, en el Barrio Alto de Sanlúcar. Las jornadas las celebraron en el Salón de Embajadores del palacio de los Medina Sidonia. La viuda de la Duquesa Roja, Liliane Dahlmann, les dio todo tipo de facilidades.
Empiezan a llegar los invitados a la fiesta. En el relato aparece detallada la nómina de todos: Julio Anguita, Teresa Rodríguez, Maíllo, Enrique Santiago, Alberto Garzón, Concha Caballero, Luis García Montero, Paula Garvín, Pilar del Río, segunda Duquesa Roja en tanto que viuda de un Nobel de Literatura, aristocracia de la cultura. Llegan Pablo Iglesias y Rafa Mayoral, dos de los fundadores de Podemos. “¿Dónde te has dejado a Errejón?”, le pregunta Alcaraz, que añade: “Aquí hay guarderías”. El autor confiesa que tenía ganas de conocer a Iglesias, “la versión actualizada de Lenin”.
En Los últimos días de la izquierda se habla de Errejón como un “nuevo Carrillo”. El portavoz saliente de Sumar se debería leer el libro de Alcaraz porque una de las palabras que más se repite en el texto es neoliberalismo: “neoliberalismo fascista”, “neoliberalismo financiero”. El Leviatán que llevó a este cadáver político a la morgue de las contradicciones del etéreo patriarcado. Es joven. Sólo tiene 40 años, la edad según Gil de Biedma a la que empieza la nostalgia.
En los encuentros hubo dialéctica y posmarxismo regados con manzanilla Gabriela en la venta El Menuito.
Todos terminaron en el faro de Chipiona dudando entre si cantar La Internacional o La Cucaracha.
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