Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Para todos aquellos jóvenes que a finales de los ochenta y principios de los noventa aspiraban a conciliar lo castizo con la modernidad, Gabinete Caligari, el conjunto de pop-rock liderado por Jaime Urrutia, fue una referencia fundamental, con himnos que aún siguen emocionando: Golpes, Que Dios reparta suerte o Cuatro Rosas (luego vendrían temas más comerciales que lo catapultaría definitivamente la fama: Camino Soria, Bares, qué lugares, etcétera). Ya en su decadencia, Gabinete sacó una canción que no alcanzó gran popularidad, pero que acudió a mi mente el pasado lunes cuando escuché la entrevista que Carlos Alsina le hizo a Feijóo en la rentrée del curso mediático y político. El líder popular jugaba en campo amigo, en una cadena claramente propicia a sus ideas, pero incluso así le fue imposible brillar ante la presencia del que, probablemente, sea el mejor periodista radiofónico de estos momentos. ¿Cómo es posible que un político que aspira a ser presidente del Gobierno quede en segundo plano en un momento tan importante? En todo momento Feijóo estuvo blando y desflecado, tirando de argumentario, sin carisma, sin transmitir convicción en la victoria. No huele el napalm en las colinas.
Volvamos a la canción de Gabinete Caligari. Se titulaba Queridos camaradas y trataba del estado de estupefacción de los miembros del Partido Comunista ruso tras la caída del muro y la ausencia de líderes con verdaderas creencias socialistas. El estribillo repetía machaconamente “¿quién nos guiará, quién nos guiará?”, que es precisamente lo que tienen que pensar en estos días no pocos militantes y cargos del PP ante la manifiesta impotencia de su presidente para derrotar a Pedro Sánchez, ese profeta de sí mismo sometido a la continua mudanza.
Puede ser que Feijóo estuviese en baja forma después de la convalecencia por un desprendimiento de retina este verano, pero la política española de hoy es altamente darwinista y no da muchas oportunidades a los animales heridos.
Aunque tres encuestas muy recientes vuelven a dar como ganador al PP en unas hipotéticas Generales, lo cierto es que esta victoria, en caso de darse, sería aún insuficiente y requeriría de un pacto con Vox, algo que no debe darse por seguro. Todo indica que habrá que esperar a una retirada de Sánchez por agotamiento (algunos síntomas hay) y la consiguiente crisis de liderazgo en el PSOE para aspirar a la Moncloa. La pregunta es: “¿quién los guiará, quién los guiará?”. Probablemente no será Feijóo.
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