¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Esplendor del Palacio Real
Lo explicaba ayer en estas páginas el profesor Rafael Salgueiro: la sobreaportación de la comunidad catalana a las arcas del Estado es de apenas 2.000 millones de euros. Tres veces menor que la de la comunidad autónoma de Madrid. Hete aquí, sin embargo, que el presidente del Gobierno, señor Sánchez, apoyado en su socio, el célebre escapista don Carles Puigdemont, ha obrado el milagro de los panes y los euros, de manera que Cataluña sale muy beneficiada del nuevo acuerdo económico, sustanciado hace unos días, pero el resto de España –dice el señor Sánchez– también. Es decir, que don Pedro Sánchez, por mor de su genio irrefrenable, ha inventado el timo del tocomocho, pero a una escala sin precedentes.
Con esta última actuación del señor Sánchez, contraria el interés general de los españoles, el PSOE se manifiesta como el partido más discriminatorio y retrógrado de la democracia reciente. Este carácter reaccionario de la política gubernamental se debe no solo –ni siquiera principalmente– al desvío de recursos hacia una región próspera, por razones contrarias al principio de solidaridad. Más allá de esta evidencia, se trata del abandono de la población no nacionalista en manos de sus adoctrinadores, quienes a cambio les obsequiarán con abundantes segregaciones y obstáculos, pagados, eso sí, con los impuestos de su afligida clientela. ¿No es maravilloso? Uno de los eslóganes más reiterados durante la investidura del señor Illa fue que don Salvador era el primer presidente autonómico no independentista en muchos años. ¿Y para qué querría serlo? A nacionalista no le ganará nadie. Y lo que ha pactado el señor Sánchez, a través del señor Illa, para la comunidad autónoma catalana es la práctica independencia de su feudo. Eso sí, sin ninguno de sus inconvenientes. Una Cataluña como la acordada goza del inmenso beneficio de un mercado preferente, tanto español como europeo, y de ninguno de los gravámenes que su salida de la Unión propiciaría.
Recordemos, una vez más, que fue contra esa Unión Europea contra la que presuntamente conspiró el señor Puigdemont, en tratos, también presuntos, con el señor Putin. Es el mismo señor que sostiene en el Gobierno al señor Sánchez. Y quien se pasea por Barcelona sin que las fuerzas de orden público alcancen a detenerlo. Pues bien, esa colosal hazaña, la independencia sin costes, free tax, tutti i vantaggi, es la que fue a evidenciar don Carles la otra mañana junto al parlamento. Y la verdad es que le quedó muy bien.
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