¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Esplendor del Palacio Real
Las enfermedades vasculares comprenden un grave problema de salud pública en España, en tanto que se considera que prácticamente el 50% de la población mayor de 50 años sufre alguna patología vascular, un porcentaje que irá en aumento en los próximos años conforme avance la esperanza de vida. De este modo, se estima que en Andalucía cerca de 1.600.000 personas podrían padecer algunas de estas patologías.
Una de las enfermedades vasculares más habituales son las varices, pero también encontramos otras que, si bien no tienen tanta prevalencia, sí que tienen una significación alta, como el pie diabético, que puede aparecer con el tiempo cuando los niveles altos de azúcar en sangre afectan a los nervios y los vasos sanguíneos de los pies, pudiendo incluso acabar en la amputación del miembro; las EPA, también conocidas como síndrome del escaparate –te obligan a pararte cuando caminas– que afectan al 8,5% de los mayores de 55 años; y el aneurisma de aorta abdominal, consistente en un ensanchamiento anómalo de alguna región de la principal arteria del cuerpo humano, siendo uno de los mayores riesgos que genera esta anomalía la rotura de dicho ensanchamiento, lo que puede tener un pronóstico fatal para el paciente.
Para hacer frente a estas enfermedades es primordial contar con recursos suficientes, tanto humanos como materiales, si bien en nuestra tierra –y, de forma especial, en provincias como Huelva, Jaén o Córdoba, donde ni siquiera está presente nuestra especialidad en los centros hospitalarios públicos– existe una merma importante de los mismos. Poner remedio a la distribución irregular de recursos es una prioridad para la Sociedad Andaluza de Angiología y Cirugía Vascular (SAACV), la cual me honro en presidir. He aquí uno de los grandes retos a los que debemos hacer frente.
Aunque los estándares señalan que la ratio idónea de cirujano vascular por paciente debe estar en uno para 50.000 personas, en provincias como Jaén y Huelva esa proporción puede alcanzar los 120.000 habitantes atendidos por un solo especialista. Es por ello por lo que desde la SAACV reclamamos que se oferten nuevas plazas en aquellas provincias donde existe un verdadero déficit de personal. Debemos caminar hacia una mayor equidad real en el acceso a los servicios sanitarios y queremos confiar en que existe buena voluntad desde la administración para acabar con esta anomalía.
Pese a la significativa prevalencia de estas patologías, existe un alto desconocimiento social de las mismas, lo que conlleva que los potenciales pacientes minusvaloren su riesgo. He aquí otro gran reto. Aunque muchas de estas enfermedades aparecen en edades avanzadas, hay que entender que si se tratan con tiempo no hay que llegar hasta un pronóstico desfavorable, de ahí la importancia de campañas de sensibilización. Y no sólo para hacer divulgación sobre la propia patología y cómo puede detectarse de forma precoz, sino también para fomentar su prevención a través de unos hábitos de vida saludables.
El índice de obesidad en los jóvenes está creciendo en Andalucía, motivado por una nutrición deficitaria basada, cada vez más, en menús donde tienen un mayor predominio las grasas saturadas y los procesados, caldos de cultivo en niños que contribuyen a que cada vez se presenten antes las enfermedades vasculares. Es algo que ya se está manifestando en el día a día de nuestra especialidad: antes a los pacientes los empezábamos a operar de alguna enfermedad vascular a los 68 ó 70 años, pero ya operamos a gente de 50 y pico. La gente está deteriorando más su árbol vascular.
Hay que promover la educación en salud en los colegios, si bien es igual de importante en los padres porque de nada sirve tener buenos hábitos en los centros educativos si luego en casa no se cumplen.
Queda, por tanto, mucho por hacer, tanto de sensibilización de la administración para que dote de los recursos necesarios a nuestros centros hospitalarios, como a la propia población, para que tome conciencia de la importancia de cuidar sus hábitos de vida y así, por consiguiente, disfrutar de una mejor salud vascular.
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