¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
El clarete y La Roldana
El salón de los espejos
La Navidad nos abre un paréntesis también en la cotidianidad política. Más allá del mensaje del Rey, los ciudadanos se dividen entre los que están de vacaciones unos días, los que lo van a estar en breve y quienes se dedican a los sectores más tensionados (por decirlo a la manera de moda) y tienen que trabajar intensamente hasta el próximo día 7 de enero. Todos sabemos que estos excesos de calle, gastos y comidas pasan, afortunadamente.
Y se nos abre un año 2025 lleno de expectativas y ¿por qué no? de ilusiones y proyectos. Este nuevo año debería ser el año de la gestión. No tenemos elecciones a la vista. Cualquier cosa puede pasar en el Gobierno de la nación, eso es cierto, pero también lo es que Pedro Sánchez se mueve con una soltura sorprendente en ese fino alambre en el que sustenta su Ejecutivo. Mientras sí y mientras no, hay que ejecutar el presupuesto, aunque sea el prorrogado de 2023.
La Junta de Andalucía no tiene perspectivas electorales hasta mediados de 2026 por más que ya empiecen a sonar algunos cantos de sirena en torno a Juanma Moreno, y los ayuntamientos no irán a las urnas hasta el último domingo de mayo de 2027.
Con este panorama, no hay excusas para que todas las instituciones se centren en afrontar los problemas que afectan a los ciudadanos. Y no se trata de grandes soluciones para hacer accesible el mercado de la vivienda sino de que los ayuntamientos cedan los suelos que tienen disponibles, la Junta los urbanice y ponga dinero para hacer promociones públicas, y el Estado cumpla con su parte. Eso además de propiciar que las constructoras privadas den un impulso importante a las viviendas protegidas. Así en el mayor número de municipios posibles.
Igual sucede con la reparación de las carreteras o la red ferroviaria. El Parlamento andaluz ha aprobado pedir al Estado la gestión de la red de cercanías como ha hecho Cataluña. Es decir, quieren gestionar los trenes pero tras una gran inversión que ponga a punto unas vías obsoletas y unas máquinas que son las mismas desde que se estrenaron. De nada sirve que el Estado rebaje el precio del transporte público si no hay líneas en las que montarse.
La gestión en la sanidad es, evidentemente, la más urgente. El Gobierno andaluz afirma que ha reducido las listas de espera quirúrgicas a120 días y ha puesto en marcha un plan para mejorar la Atención Primaria. Son dos pequeños pasos en una reforma integral que no puede esperar. Podríamos seguir con una larga lista empezando por la Dependencia, la Educación o los problemas del campo andaluz. Pero la reflexión es la misma, no necesitamos grandes soluciones sino una gestión cotidiana.
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