¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Maneras de vivir la Navidad
No es propiamente una fosa exclusiva para el periodismo, es, quizás y lamentablemente, una fosa mucho más grande, la fosa de la educación, donde, junto a los exquisitos cadáveres dejados por esa que dicen la generación mejor preparada de la historia de España (¿y de cuál no se ha dicho que lo ha sido?) se le está haciendo hueco a la prensa nacional.
Hemos asistido estos días a una evidencia terriblemente reveladora. Con motivo del traslado de los restos mortales de José Antonio, el quinto enterramiento de este hombre que murió hace nada menos que casi 87 años, ha dado vergüenza ajena leer y escuchar a periodistas ¿? de medios escritos, hablados y audiovisuales, componiendo lamentables referencias de la noticia, sin rigor profesional, con una absoluta falta de documentación sobre la historia de España y sobre el personaje en cuestión.
Al joven abogado fusilado tras una pantomima de juicio en la cárcel de Alicante en noviembre de 1936, se le ha llamado franquista, colaborador de la dictadura, militar, se la ha confundido con su padre, Miguel Primo de Rivera, por cierto también mal citado en algunos medios. Pero no hablamos de blogueros indocumentados, sino de medios de primera línea nacional como TVE. ¿Nadie supervisa, nadie contrasta la información?
José Antonio Primo de Rivera fundó, junto a otros, Falange Española, partido del que fue el primer Jefe Nacional. Fue un joven y brillante abogado, bien situado económica y profesionalmente, que arriesgó todo por unos ideales, estuviesen más o menos equivocados. Recibió a la República con ilusión, como muchos miles de españoles y contuvo, hasta que no pudo más, la contestación violenta tras los numerosos asesinatos cometidos por comunistas y socialistas contra miembros, la mayoría muy jóvenes, de su partido.
Fue detenido meses antes del estallido de la Guerra Civil, como numerosísimos falangistas, y enviado a la cárcel de Alicante donde, tras su muerte, fue arrojado a una fosa común.
Esa es muy sucintamente la cronología de José Antonio Primo de Rivera. No entraré en la utilización posterior de su figura como mito propiciatorio del nuevo régimen político surgido tras la Guerra. Probablemente la familia ha decidido lo correcto, llevarlo a un enterramiento sagrado, como él deseaba.
Tras las barbaridades informativas vistas y leídas, he llegado a preguntarme si tanta ignorancia y falta de profesionalidad no será una campaña orquestada para ocultar al verdadero personaje a las nuevas generaciones. Pero probablemente la realidad sea mucho más prosaica, simplemente es la consecuencia de la falta de preparación, de cómo va ganando terreno un periodismo de la inmediatez, del consumo desechable. El reino del clickbait, titulares efectistas y equívocos para conseguir el click del lector.
La cultura informativa audiovisual deriva hacia el lenguaje soez, reporteros a veces de estrafalarias apariencias que se gustan en su propia ignorancia, haciendo gracietas de sus desconocimientos, da vergüenza ajena. Incluso un popular locutor de las mañanas de la radio, estrella de la derecha y que ha llamado lerdos precisamente a los que han dado esas informaciones erróneas, también se equivocó, pues dijo que José Antonio ni siquiera fue parlamentario, lo fue hasta enero de 1936 por Cádiz, precisamente al no revalidar su escaño en las elecciones de febrero, pudo ser detenido y encarcelado. Descanse en paz, por fin.
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