
Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Fétido 'déjá vu'
Ha dicho recientemente La Yerbabuena, la bailaora alemana-granadina, que el flamenco está “en cuidados paliativos”. O sea, casi fiambre. Le acaban de dar un importante premio en el Reino Unido y va a ser la directora de la Cátedra de Flamenco de la Pablo de Olavide. Por lo general, las lumbreras de lo jondo se quejan cuando les cierran el grifo de la mamela, esto es, de las ayudas públicas, que no digo que sea el caso. ¿Y qué hace la alumna de Mariquilla de directora de una cátedra? Me recuerda la historia, verídica, de un millonario que cuando murió, el abogado de la familia reunió a los hijos para leerles el testamento y el ricachón se lo había dejado todo al hijo menos listo. Cuando sus hermanos lo miraron asombrados, les dijo: “¡Ah, al que e toca e toca!”.
En un ciclo de la Bienal han despreciado a los críticos que no son del Clan de la Mistela para que se estrenen nuevos flamencólogos del perol. Y ahora esto, o sea, que donde debería estar un flamencólico serio, de prestigio, o una flamencólica, ponen a una bailaora y coreógrafa que, encima, acaba de decir poco más o menos que el flamenco está en El Tomillar. Cambiará el discurso fatalista, seguro. En la Junta no saben muy bien qué hacer con el flamenco y siguen con la tabarra de lo jondo en los colegios. Pero, vamos a ver, ¿qué va a hacer un profesor cuando un alumno le pregunte por Frasco el Colorao o Miracielos, el del pescuezo torcido? ¿Llamar a Ricardo Pachón, que ha dicho que, “hoy por hoy, para cantar hay que ser gitano”? En la Junta llevan tres años sin acordarse de los flamencos en el Día de Andalucía, pero cuando necesitan que los flamenquitos bailen en la mano de Patricia del Pozo tiran de agenda y los artistas se dan con los talones en el culo.
Esta cátedra de la Olavide tendrá franquicias en los pueblos teóricamente flamencos, como, entre otros, Utrera, Lebrija, Mairena del Alcor, Alcalá de Guadaíra, Carmona o Las Cabezas de San Juan. Sorprende que esté ahí Tomares. A ver, señora consejera de Cultura: le invito a una conejada en la Venta de los Conejos de Mairena si sabe decirme por qué está ahí Tomares y no Morón, Arahal, Marchena o Villanueva del Ariscal. Tomares solo tuvo a un cantaor que murió en 1901, el Niño de Tomares, que no fue un Silverio. Tiene una peña y un festival, como decenas de pueblos sevillanos. Y le van a dar una fortuna para conmemorar el medio siglo del festival. ¿Qué partido gobierna en el Ayuntamiento de Tomares? Pues eso.
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