Financiación tan singular

Las dos orillas

El agravio comparativo nunca se perdona, afecta al bolsillo, y ha sido la piedra angular del andalucismo

20 de junio 2024 - 08:17

En Andalucía no somos tontos, a pesar del informe PISA; y la financiación singular se entiende claramente. Si Pedro Sánchez le concede una financiación tan singular y discriminatoria a Cataluña, le va a dar ocho años más en la Junta de Andalucía a Juanma Moreno o quien le suceda. Porque el agravio comparativo nunca se perdona, afecta al bolsillo, y es la piedra angular del andalucismo. Ya puede poner Pedro Sánchez al mando de su cortijo andaluz de la calle San Vicente a Juan sin la palma, a la cheerleader María Jesús, o al forofo más sanchista de Dos Hermanas. La tragedia del PSOE estará consumada, sí o sí. Porque cometería, precisamente, lo contrario de lo que encumbró al PSOE.

El socialismo andaluz duró 40 años porque se apropió del sentir del andalucismo. En Andalucía, nunca hubo un PSA o un PA con la misma fuerza que CiU en Cataluña o el PNV en el País Vasco. Porque aquí el andalucismo lo tuvo en usufructo el PSOE. Rafael Escuredo lo entendió en sus tiempos de presidente de la Junta. ¿Qué era el referéndum del 28-F? Un agravio comparativo. Andalucía quería ser como la que más, quería una autonomía de primera.  

Tan clara era la idea que el andalucismo, gracias al PSA de Alejandro Rojas-Marcos, incluso consiguió dos escaños en el Parlamento de Cataluña en 1980. Entre los andaluces residentes en territorio catalán había prendido la llama del agravio comparativo. Y aunque muchos votaban al PSC, pensaron que sus intereses estarían mejor defendidos por un partido andaluz. Al que los políticos catalanes insultaron, calificaron de charnegos y le montaron un acoso que les impidió consolidarse.

En este país lo que cuenta es el dinero, poderoso caballero. Y en Andalucía todavía más. Por el dinero cayeron Felipe González (con la crisis del 93), José Luis Rodríguez Zapatero (que no se enteró de la crisis que dejó a España al borde del rescate europeo) y Mariano Rajoy (que para evitar el rescate se vio forzado a adoptar medidas que tocaban el bolsillo). Sólo una vez el Gobierno ha perdido unas elecciones por mentir, que fue con los atentados del 11-M, en tiempos de José María Aznar, cuando se votó en un ambiente pasional y alterado por el terrorismo.

En Andalucía, el PSOE también ha caído por la corrupción y las condenas de los ERE, que ahora intentan blanquear. Todas las catástrofes políticas empiezan por el bolsillo. En Sevilla pasó lo mismo con la alternancia municipal. Las crisis se pagan en las urnas. Y los agravios también. Por la amnistía no se pescará al pez gordo, pero por la financiación singular puede que sí.

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