De cómo evolucionaron las pretemporadas

24 de julio 2024 - 03:08

Recuerda esta pretemporada a cómo se desarrollaba cuando entonces. O sea, hace una eternidad, que hasta la llegada de Bertoni en el verano de 1978, las pretemporadas sevillistas se desarrollaban en la recién inaugurada ciudad deportiva de la carretera de Utrera. Flamante recinto que sustituiría a las antañonas pretemporadas que tenían al estadio como escenario. Y fue en aquel último verano sevillista de Carriega cuando se cambió.

Recuerdan los futbolistas de aquel tiempo la calor que padecieron en la serranía de Ronda mientras que en ese mismo verano echaban los jugadores del Betis la vida por la boca ante las exigencias de García Traid en las interminables sesiones de carrera continua en la Universidad Laboral, hoy Universidad Pablo de Olavide. Ese verano fue año de catarsis que apenas prosperó, el Betis había bajado tras ganar la Copa y el Sevilla ensayaba un expansionismo mediante Bertoni.

Anteriormente, el Betis de Szusza y de Iriondo había realizado pretemporadas en Gandía con el húngaro y en Durango con el vasco. A partir de entonces se irían experimentando en lugares como Vilobi o Magnano in Riviera, un paradisíaco lugar fronterizo italiano en el que el Sevilla de Cantatore se puso las pilas en 1989. Después surgió la fiebre holandesa del Betis de Serra para que Chiclana o Montecastillo fuesen alternativas más cercanas... y calurosas.

Cazalla fue cuartel general para el Betis de D’Alessandro y de Kresic para que el estuario del Guadiana en Punta del Moral fuese lugar elegido por Joaquín Caparrós. También recordamos al Sevilla de Azkargorta en Estella o al Betis de Eusebio Ríos en Mondariz y siempre en una planeada huida de la calor sevillana que no siempre fue acertada. Ahora mandan los patrocinios y así vemos cómo el tiempo de engrasar piezas se dilapida en horas de avión mirando la cartera.

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