La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
Soy de los -pocos, quizás- que creen que la existencia y actividad política de cierta izquierda radical es necesaria en una sociedad con altos niveles de desigualdad y considerables bolsas de pobreza relativa. Contribuye a la integración, la cohesión social y la justicia. Fortalece al sistema democrático, en definitiva.
Por eso es tan triste el espectáculo que está dando la izquierda andaluza a la izquierda del PSOE: un cisma detrás de otro, peleas por el (escaso) poder, disputas por la pureza y la ortodoxia, y endogamias variadas. Esta semana Teresa Rodríguez, la lideresa de Adelante Andalucía, se ha adueñado de los perfiles de esta organización en las redes sociales cambiando las contraseñas para impedir que los gestionen los dos partidos que fundaron Adelante Andalucía (IU y Podemos). Ella misma fue candidata a la Junta por Adelante como jefa de Podemos, hasta que abandonó este partido junto a todo su grupo, que se hace llamar Anticapitalistas, pero manteniéndose al frente del grupo parlamentario, con diecisiete diputados a sus órdenes (11 de Podemos y 6 de IU).
Así pues, dejó de ser de Podemos, por rechazo al gobierno de coalición con los socialistas y en defensa de un proyecto podemita estrictamente andaluz y soberano respecto a la organización de Pablo Iglesias, pero mandando sobre los parlamentarios autonómicos del partido que acababa de abandonar y sobre los de IU. Una contradicción insalvable, como se acaba de demostrar. Disponer de un grupo parlamentario sin militar en ninguno de los partidos que lo formaron es un contradiós. No puede funcionar, y no ha funcionado.
Es imposible por todo lo que hay en juego: poder y dinero, los dos venenos que sacan a flote lo peor de los seres humanos, sean de derechas o de izquierdas, hombres o mujeres, inteligentes o torpes. Hablamos de diecisiete escaños de representantes del pueblo con facultad para legislar y controlar a los gobernantes... y de un millón seiscientos sesenta y cinco mil euros al año, Precisamente el argumento de Teresa Rodríguez para bloquear las cuentas en las redes sociales ha sido que IU ha retirado 100.000 euros de la asignación de Adelante en las diputaciones de Málaga y Huelva.
Este cisma tiene poquísimo que ver con el interés de la clase obrera y los sectores populares de Andalucía ni con el bloque de izquierdas que soñó con superar al PSOE desde los años ochenta, y muchísimo con los intereses personales, familiares y amicales de sus egocéntricos protagonistas.
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