La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
Otra estrella ha subido al cielo después de precipitarse contra el suelo. Yo creo en el cielo puesto que no se me ocurre otro espacio mejor en el que yo pueda tener a mano el consuelo de los míos y que los míos me tengan a mano a mí cuando yo ya no esté. Yo no conocía a Liam Payne, el cantante de One Direction que ha muerto después de tirarse desde un tercer piso. Por todo lo que leo sobre él debió ser un tipo formidable. Los compañeros del grupo con quienes ya no cantaba porque se había disuelto, han escrito algún breve mensaje confesando que están devastados . Uno de ellos, lo sentía como un hermano. Algo debía tener puesto que el éxito del grupo es notable con millones de fans en todo el mundo. Liam debió decidir irse harto de algún infierno que secuestró sus sentidos y con la cabeza perdida optó por abrir los cristales del balcón y lanzarse desde un tercer piso para reventarse contra el suelo. El hecho de que en las revelaciones de la autopsia no hayan encontrado pruebas de defensa ante el despeñamiento lleva a pensar a los forenses que el joven de 31 años no temía su caída al vacío. Liam Payne tenía un hijo de siete años a quien ese buen amigo le ofrece toda la ayuda que el pequeño requiera. Son mensajes que nos dibujan que el cantante podría gozar de una vida completa y común. Entendiendo por común que tenía una trabajo, una relación sentimental, que estaba rodeado de amigos, familiares y fans. La respuesta a la primera pregunta de por qué iba a querer quitarse del medio es lo que hace descubrir que la cara A de su vida no era tan común como los mensajes que le retratan. No pueden serlo porque describen a un hombre con una cara B del disco sin desvelar hasta ahora. Liam había sido denunciado por una de sus ex parejas por acoso. La discográfica rescindió su contrato debido a un errático comportamiento. El gerente del hotel llamó al 911 advirtiendo de que un huésped estaba destrozando la habitación y, pasado de drogas y alcohol, temían que se lanzase por el balcón. Poco tiempo antes dos mujeres abandonaron su cuarto tras reclamar al hotel que el cantante no les había pagado los servicios prestados. A mediodía, en horas cuya luz no suele ser más tormentosa como la oscuridad de la noche para mentes frágiles, el artista optó por no seguir de gira por la vida. Millones de fans le lloran. Artistas, rompen en llanto en pleno concierto. Devastados por este nuevo fallecimiento de un joven hombre, otro artista que soñó con ser una estrella se pinchó con sus puntas, letalmente peligrosas, cuando no sabes hacer que la cara A y B de la vida suenen al unísono.
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