La esposísima y el hermanísimo

11 de julio 2024 - 03:09

Sánchez está decidido a tomarse la justicia a título de inventario, y con una absoluta falta de respeto al Estado de Derecho, la Constitución y las leyes –ay, el bolivarismo– no ha tenido ni tiene el menor pudor en, por ejemplo, utilizar a los fiscales como defensores de sus parientes cuando son pillados en falta que podría convertirse en delito. O utiliza medios para desacreditar o amenazar a quienes se empeñan en exigir la igualdad de todos ante la ley.

Pobre España. La corrupción no sólo consiste en apropiarse ilegalmente del dinero ajeno, también existe la corrupción moral, que en la mayoría de las ocasiones es más grave que quedarse con unas decenas de miles o de millones de euros. Y esta corrupción moral es la que hoy escandaliza a infinidad de españoles, porque la ejemplifica como nadie –es una tragedia– el propio presidente.

Si tan seguro está de que su mujer no tiene absolutamente nada de nada que ocultar, no se entiende que ponga tantas chinitas en el camino de la Justicia y da instrucciones para que la fiscalía intente impedir por todos los medios que Begoña Gómez tenga que comparecer ante un juez. Aunque es posible que Sánchez no haya dado instrucciones a la Fiscalía, sino que el propio Álvaro García Ortiz ha podido dar instrucciones a los fiscales para hacer así un favor al presidente. Un fiscal general que está imputado. Cualquier otro al frente de una institución habría presentado la dimisión.

En los próximos días, si Sánchez, García Ortiz, Bolaños, Marlaska y alguien más no lo impiden, Begoña tendrá que dar explicaciones a un juez sobre cómo convirtió en negocio una cátedra de la Complutense que no debió ocupar porque no cumplía con los requisitos. Y se conocerá el resultado de la inspección de la Guardia Civil en la la Diputación de Badajoz, donde trabaja el hermano de Pedro Sánchez. Aunque ha trasladado su domicilio fiscal a Portugal para pagar menos impuestos y David Azagra se encuentre tan ahogado como otros millones de españoles.

Desde La Moncloa y sus terminales políticas y mediáticas, a los que escribimos o decimos estas cosas se nos insulta llamándonos fachas. También incluyen en la “fachosfera” a destacados dirigentes socialistas de trayectoria impecable, socialistas de verdad, no como los sanchistas a los que sólo mueven las ansias del poder. Habría que recordarles que esposísima, hermanísimo y cuñadísimo son personajes propios de tiempos muy pasados, afortunadamente desaparecidos. Personajes, y modos, del franquismo.

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