La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La 'mafia' consentida y conocida
únicamente es afeable a Ayoze lo que ha tardado en tomar la decisión, pero en el resto de los ingredientes del guiso no hay nada que objetar. Por dinero baila el perro y por dinero ha bailado el tinerfeño sin que se le pueda poner reparo alguno. El Betis ha sido su plataforma de lanzamiento y punto, aunque ya podía haber encontrado un destino mejor que el de ir a un equipo que estará fuera de Europa en este curso, tan cercano.
Las redes sociales, convertidas en cloacas pestilentes muy a menudo, arden contra el chicharrero y también contra el Betis por no haber blindado su estancia en Heliópolis. Esto último no tiene sentido, ya que Ayoze le exigió a Ramón Planes que la cláusula fuese sólo la que es, cuatro millones de euros. O esa cláusula o se iba con la música a otra parte, por lo que el Betis hizo lo que pudo y punto. Su pretensión de utilizar al Betis para revalorizarse estaba clara como el agua clara.
Nada que objetarle al Betis, por siempre y para siempre Real Betis Balompié, y al jugador sólo la tardanza en cerrar la operación. En las susodichas redes sociales se extrañan de que un futbolista pueda preferir la vida en esa especie de polígono industrial que es Villarreal a hacerlo en Sevilla, pero todas esas críticas son hijas del desconocimiento. Los futbolistas del Villarreal sólo pisan la localidad castellonense los días de partido, pues todos exigen vivienda en Benicasim.
A tiro de piedra del lugar de autos, Benicasim es un paraíso mediterráneo, lo que hace que la estancia en el club de Fernando Roig se hace muchísimo más llevadera que hacerlo a la sombra de la iglesia de San Pascual. Y con el toro a punto de salir a la plaza, el Betis se ha quedado sin un futbolista importante y bien se haría en un futuro poner las bases para que el papel de ser plataforma de lanzamiento no le salga tan barato al lanzado ni tampoco a sus pretendientes.
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