La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lluvia en Sevilla merece la fundación de una academia seria
Qué fuerte se ve el Atlas del Gobierno andaluz, que es Elías Bendodo, que se permite el lujo de gastar un cartucho de teletipo para elogiar al líder del socio del Ejecutivo, el bueno de Juan Marín, el hombre que elabora torrijas en tiempos de pandemia, el que sueña con ampliar el Gobierno (¡Más consejerías, más!) y el que nos avisa que bajemos a la playa ya duchados. Un día escribimos que Bendodo se come la naranja. Pues ya se la ha jamado. Se ve tan sólido y tan superior que dice que a Ciudadanos le vendría mejor tener a muchos como Juan Marín en España. Y le suelta una petalada de elogios que cubre la calle Larios entera, todita alfombrada de flores para que pase el sanluqueño.
Y lo bueno es que los chicos de Juan pisan la alfombra y lo celebran como un triunfo. ¿Era el oso el animal que te pegaba unos abrazos que te dejaban listo de papeles? Bendodo sabe de política más que Marín de aquí al restaurante La Moneda, que es donde ambos se piden la tortilla de bogavante que les prepara Isidro Inchausti. Es que estoy viendo a Elías cortándole con mucho mimo la tortilla a Juan para que se la coma enterita. "Prueba esto, Juan, y déjate de proponer más consejeros, que no vamos a caber en San Telmo, anda, anda". Y Marín está feliz, contentísimo con la tortilla de Elías, el santo sin cofradía.
La cuadrilla del señor de las torrijas se pasó el día de ayer descorchando cava por los elogios de Bendodo. Estos infelices están en la política, pero la política no ha pasado por ellos. Hay que reconocerle a determinados naranjitos que no han perdido el hermoso blindaje de la inocencia. Resultan entrañables. Como resultó hermoso y revelador que Marín se equivocara aquel día y le diera la palabra al "vicepresidente de la Junta, Elías Bendodo". "El vicepresidente eres tú, Juan", le respondió el Richelieu de San Telmo. ¡Qué tierno este Juan! Como en Ciudadanos sigan así, sin olerla ni pillarla y quedándose más parados que Zubizarreta en los penaltis, no les quedará ni el solar en Andalucía.
Hay elogios que llevan veneno, otros hipocresía y algunos una dosis de morfina. Los piropos de Bendodo a Marín son del tercer tipo. Una cosa es que haya buena sintonía entre los socios de un Gobierno, que de momento la hay, y otra que descaradamente haya uno que aproveche la bulla para robarle a otro la cartera. Y ya saben ustedes dónde se guarda la cartera. En ese sitio siempre expuesto en las bullas. ¡Ahí, ahí!, que diría Antonio Garrido en la serie El Palermasso. A Juan le roban la cartera y no lo denuncia. Y los suyos hasta se alegran.
También te puede interesar
Lo último
Investigación y Tecnología
Los beneficios del yoga invertido que potencian la concentración y ayuda a reducir el estrés