Monticello
Víctor J. Vázquez
El auxilio de los fantasmas
LO esperable era que el segundo debate en RTVA fuese distinto del pasado lunes en RTVE, fue más dinámico y ameno gracias al trabajo de Canal Sur, pero lo llamativo es que fue más parecido de lo previsto: cuatro partidos –Cs no podía atacar a su propio Gobierno– unidos en el ataque al presidente Juanma Moreno, el candidato del PP.
Quizás la diferencia mayor fue precisamente que Moreno se fajó más en defender la gestión de su Gobierno, y supo hacerlo, como hace una semana, sin cometer errores, con el tono moderado que procura imponer a su discurso político. Evitó los silencios incómodos que tuvo en RTVE y, pese a entrar más al trapo –sobre todo al del PSOE–, comunicarse más y rebatir cada dato que consideró falso, salió de nuevo indemne. Todo un triunfo para un candidato a la reelección que tiene el viento de cola de los sondeos que auguran que podría conseguir la mayoría suficiente para gobernar solo.
Juan Espadas no destacó por más que quiso señalar errores u omisiones del PP y Cs en la Junta. Y volvió a mostrarse muy incómodo cuando se le recordó que formó parte de los gobiernos de los presidentes Manuel Chaves y Pepe Griñán, y singularmente, cuando Macarena Olona le afeó las condenas por corrupción y el bochornoso destino dado a los fondos que debieron ir a fomentar el empleo. Insistió en azuzar el miedo a la ultraderecha de Vox sin comprometerse para pararla siquiera con la abstención.
Olona volvió a demostrar que está en otra frecuencia, lejos de la realidad andaluza –¿la masturbación?–, y errática con continuos ataques al PP mientras exige cogobernar con él, porque si no lo bloqueará.
Inma Nieto y Teresa Rodríguez mantuvieron el tono del debate anterior, aunque la segunda con mucha más efectividad que su antigua compañera.
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