Edificios gafados

30 de enero 2025 - 03:07

En Sevilla existen diversos edificios gafados. Tuvieron un pasado, ya remoto, pero carecieron de un presente en los últimos años, y algunos parecen condenados a no tener futuro. Por eso, es llamativo que algunos de ese gafado elenco, como la antigua comisaría de La Gavidia, estén en obras, aunque su aspecto sea diferente. ¡Qué envidia para el viejo mercado de la Puerta de la Carne! Otros edificios, como las Atarazanas, parece que tenían definido su futuro, pero se mantienen en el ojo del huracán mediático por la idiosincrasia de las obras arquitectónicas. Y, para los que dicen que en Sevilla faltan iglesias para nuevas cofradías, recordemos que la del hospital de San Lázaro, a la vera del Cementerio, parece que está a pique de un repique, aunque hayan restaurado sus obras de arte.

Se le puede añadir la antigua iglesia de San Hermenegildo, situada en la muy gafada plaza de las Cortes, a la que también se llama Gavidia, por extensión. Sabido es que San Hermenegildo sirvió temporalmente como sede del Parlamento de Andalucía, y que se volvió sacralizar para que saliera de allí Pasión cuando permaneció cerrada la iglesia del Salvador. Pero ni se quedó el Parlamento, ni la archicofradía de Pasión, ni sirvió de museo de la autonomía andaluza, ni se lo encajaron al Consejo de Hermandades como sede de la institución, ni para el Museo de Semana Santa, ni fructificaron otros intentos de convertirlo en centro cultural. Se suponía que esta vez, con la Fundación Focus Loyola para el Centro de investigación Diego Velázquez, sería la buena. Las obras de urgencia que comenzaron se frenaron, se reanudaron, y ya llevan un año de retraso.

Son sólo algunos casos, para no hacer la historia interminable. Los edificios gafados se suelen salvar cuando interviene la iniciativa privada. Mucho criticar a los hoteles, pero gracias a esas inversiones han salvado de la ruina a varios edificios singulares sevillanos. O los han reconstruido de otra manera, como las obras en la comisaría. Tampoco la comisaría era un lugar de agradables recuerdos, precisamente.

Por el contrario, cuando dependen de organismo públicos, las obras de rehabilitaciones se eternizan. Es lo que ha ocurrido en la iglesia de San Lázaro. Al menos, el IAPH ha restaurado las obras de arte del retablo. Pero el antiguo templo es propiedad de la Consejería de Salud, la misma de las listas de espera, y sigue esperando.

¿Y qué decir del mercado de la Puerta de la Carne? Aún pertenece al Ayuntamiento. El alcalde Sanz no se lo ha querido ceder a la Diputación, interesada en el edificio. Todo ha fracasado. Es el gafe mayor.

stats