La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lluvia en Sevilla merece la fundación de una academia seria
La oposición todavía no ha conseguido que un ministro dimita por un escándalo. Los relevados cayeron por su peso, cuando le estorbaban a Pedro Sánchez. Y en el sector de Unidas Podemos, a pesar del descrédito personal que llevan, sólo ha renunciado el vicepresidente Pablo Iglesias, cuando seguir ya era un estorbo hasta para él mismo. Así que a pesar de la última polémica, tampoco van a echar al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que tiene derecho de pernada: para acusar de homófobos a los varones españoles, para insinuar culpables en el caso de las cartas con balas o en la falsa denuncia homófoba, para expulsar sin garantías a los menores marroquíes, etcétera.
Este ministro no se corta, va a lo suyo, y es Fernandito el fantástico. Si se basa en una verdad o en una mentira no le importa. Eso al Gobierno actual le parece indiferente. La ministra Ione Belarra así lo dijo: lo grave no es que la denuncia fuera falsa, sino que hay agresiones homófobas. Y eso es muy grave, por supuesto, pero la mentira también. Que haya violencia por odio, no justifica que nadie presente denuncias falsas contra bandas de encapuchados inexistentes.
Una denuncia que mosqueó a la Policía desde el principio, por la falta de pruebas. Sin embargo, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a sabiendas de que no existía ningún indicio fiable, lo dijo públicamente, y abrieron el telediario de TVE con una noticia falsa, a la que dedicaron varios minutos. Precisó que "no era obra de bandas latinas". Y lo remató indicando que la mayoría de los delitos homófobos son cometidos por "varones españoles", dando a entender que este también.
Este es un asunto que se viene manipulando. Tres de cada cuatro delitos en España son cometidos por españoles. En los de violencia hay más condenados españoles, pero el porcentaje delictivo es mayor entre los extranjeros. Por ejemplo: en los últimos cinco años más del 65% de los asesinos de mujeres eran españoles, pero el porcentaje de extranjeros es mayor ya que son el 13% de la población residente y han causado el 30% de las muertes. Con los datos hay que ser prudentes, para no crear xenofobia, y por no dar alas a la campaña de Vox contra los inmigrantes. Pero sin mentir. Y sin exagerar, porque España es el tercer país europeo con menos delitos, según Eurostat.
A un ministro sólo se le echa con paciencia. Un ministro mentiroso como Marlaska durará hasta que se aburra su jefe, hasta que corte más cabezas para salvar la suya.
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