Las dulces calabazas de Mbappé

Sueños esféricos

La Liga de dos velocidades y Javier Tebas logran que el frustrado fichaje le sepa a gloria a muchos

23 de mayo 2022 - 06:16

YA que la palabra “clase” resuena entre los voceros afines a la causa madridista por las calabazas que le ha cocinado el francés al campeón de Liga, consideremos que ninguna clase ha tenido alguien a la que le sale a borbotones con un balón en los pies, Karim Benzema. El mejor jugador de nuestro campeonato colgó una foto del rapero Tupac Sakhur en su cuenta de Twitter en cuanto Mbappé anunció que renovaba con el PSG. Tupac, por si no lo saben, fue asesinado en un acto de traición allá por 1996. Ocurre que en el mundo del fútbol se sale con la suya quien la tiene más grande. La cuenta corriente, me refiero. O la “masa”, que diría Lopera.

Mbappé anunció que se quedaba en París el día después de que Marcelo se despidiera del madridismo tras 16 temporadas plagadas de alegrías. Sólo Roberto Carlos come en la mesa del extravertido lateral izquierdo. Y Marcelo fue uno de tantos casos en los que el grande se come al menos grande: el Real Madrid se lo birló al Sevilla cuando Monchi ya lo tenía atado. No nos engañemos, esta práctica sin un gramo de ética la hace todo el que puede. Un “hoy por ti, mañana por mí” de manual. El Sevilla fue en ese caso la víctima, pero en otros no.

La única diferencia en este caso ha sido la vergonzante reacción de LaLiga, con Javier Tebas al frente, denunciando la renovación de Mbappé al vulnerar “el ecosistema económico del fútbol europeo y de la sostenibilidad del mismo”.

Lo que vulnera realmente el ecosistema del fútbol, español en este caso, es la discriminación que sufren los equipos que no se llaman Real Madrid y Fútbol Club Barcelona en cualquier cláusula de este pestilente contrato que firma todo club profesional con su patronal. Mientras los medios afines al blanco suben al cadalso a la gran estrella francesa, la gente harta de la Liga de dos velocidades celebra esta traición, más venial que la que mató a Tupac. Aunque algunos piensan lo contrario.

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