La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
A los que se las prometían muy felices, con el Metro y las infraestructuras pendientes de Sevilla, les ha salido el tiro por la culata. Se esperaba una conjunción astral: José Luis Sanz en la Alcaldía, Juanma Moreno en la Junta de Andalucía y Alberto Núñez Feijóo en la Presidencia del Gobierno. Era una oportunidad histórica para que Sevilla consiguiera las líneas 2, 3 y 4 del Metro, los túneles de la SE-40, el enlace de Cercanías entre Santa Justa y San Pablo, y otras infraestructuras pendientes desde el siglo pasado. Sin embargo, se rompió la conjunción astral, de tanto darla por segura y buscarse socios equivocados. Para más inri, Pedro Sánchez ha colocado a Óscar Puente como ministro de Transportes.
Con Óscar Puente se pueden romper todos los puentes entre el PSOE y el PP. ¿Conseguirá Óscar Puente terminar el puente sobre el río Guadalquivir, para enlazar la SE-40, en sustitución de los túneles? ¿Conseguirá Óscar Puente un acuerdo para completar las líneas del Metro? Existe bastante pesimismo al respecto. Este señor fue calificado como dóberman, en el debate de la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo. Este señor salió a la tribuna como si fuera un espontáneo, porque el maestro Pedro no se quería pelear en un mano a mano. El dóberman salió a morder, que es como hay que salir en los compromisos difíciles. Eso dicen los entrenadores. Por cierto, para oponerse al traspaso de Rodalies, los sindicatos le han montado una huelga, que puede afectar a 1.550 trenes de AVE, larga y media distancia. Un hueso duro para empezar.
Es un ministro de lo menos recomendable para que un alcalde del PP le pida inversiones en Sevilla. Porque él era alcalde de Valladolid con el PSOE y le quitaron la Alcaldía con un pacto entre el PP y Vox. Pero le han colocado de ministro de Transportes. Y a la señora que tenía de concejala de Cultura, que se llama Ana Redondo, también le ha salido redonda la jugada: ocupará el Ministerio de Igualdad, con gran indignación de Irene Montero.
¡Ay, qué envidia para Juan Espadas! A eso ha llegado el PSOE de Andalucía. A la insignificancia. El dóberman de la investidura y su compañera, que perdieron los cargos en Valladolid, tienen más ministros en esa ciudad que en Sevilla. Ganan por 2-1. A Sevilla sólo le queda María Jesús Montero. Tan bajo ha caído la Sevilla socialista, que ponía los huevos en la tortilla.
Ni siquiera han colocado a Espadas como ministro de algo. Sus críticos dicen que en primavera lo van a enviar a Bruselas. Allí se reencontraría con Zoido. Bruselas suena a fin del viaje, pero pagan bien.
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