Diez años de un ejemplo para todos

Estábamos pegados al televisor en la contemplación de unas imágenes para la historia, oíamos la reiteración de lo preparado que llegaba el neófito al trono, emocionaba ver cómo Juan Carlos inclinaba la cabeza ante su sucesor o cómo doña Sofía le cedía el paso a su nieta Leonor. El gráfico lenguaje de los gestos a través de una ceremonia elegantemente sencilla que nos hacía recordar cómo se fueron sucediendo los tiempos después de aquella larga noche franquista. Y en ésas estábamos cuando la memoria nos incidió en cómo la historia ha debido de estar de mal contada para que un sector de nuestra sociedad no sepa de ella; desconozca el papel que ese Rey que se fue por voluntad propia desempeñó para que España se convirtiese en un país acorde con los tiempos. Hace diez años de aquello y como si nada.